Saltar al contenido

Consulta 42

l. , 49 años , de usa. 5/7/2008

Yo he tratado de acercarme muhco a Dios en los ultimos dos anos de mi vida, aunque siempre he sido catholica, pero nunca me habia dedicado tan a fondo de conocer su palabra, y ha veces siento que dudo y quisiera que ese amor que ha nacido en mi creciera mas he recibido el bautizo del espiritud, pero en ese momento cuando me pusieron la mano en la frente senti como un frio en my corazon, me siento confundida por favor ayudenme gracias lucy

Respuesta de: María Durán de Bellido. 5/13/2008

Amada alma de Dios y para Dios; Ya que estudias tanto la Palabra de Dios, debes saber amada niña, que existe el demonio. Sí, sé que lo sabes. Pero lo que no sabes, es que el demonio puede confundirte, puede ayudar a tu psiquis a sentir ésta frialdad.

¿Crees que Jesús en el Calvario, estaba feliz y contento? No. Es cierto. No lo estaba, y a pesar de sentir tanto dolor, siguió cumpliendo con Su deber, por su libre obediencia al Padre, de dar su vida por nosotros, por ti, para que su muerte, sirva para la vida eterna en el Cielo, de tantos como creen en Jesús; en que Jesús es el Hijo de Dios.

Si Jesús obedeció, a pesar de sentir dolor y no alegría, pues, tú, yo, y todos, debemos hacer lo mismo; seguir obedeciendo a Dios, aunque sintamos frío, por las argucias de Satanás, que todo lo quiere fastidiar.

La fe, amada mía, la fe tiene que estar plena de confianza, y la confianza nos lleva a la obediencia.

Se que tú eres buena y quieres sentir amor. Y Dios te lo da y yo te lo doy. ¿Ves? ¿Y cómo puedo dártelo yo? Porque fui a confesarme hace poco, y a comulgar, porque no he hecho pecados graves y antes de contestarte he pedido perdón a Dios por mis faltas. Entonces, por eso: Dios vive en mí, y yo te amo con Dios viviendo en mí. Hazlo tú así también bonita mía, y verás que como a mí, que me has querido al decirte que te quiero, a ti también te querrán como a mí; y no porque lo merezcamos ni tú ni yo, sino porque Dios, que vive en nosotras, sí que se lo merece, y por Él nos ganamos el cariño, el aprecio sincero de los demás. ¿Ves que es fácil amada mía? No llores y ve a buscar a Dios, y las almas te llamaran bendita como tú me lo llamas a mí.

Cuídate mucho mi niña. Ya no llores más. ¡Un beso en la frente!

Queda en paz.

 

Sección: Santidad