DÍA 4
HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE
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..En adelante, los mandamientos nos piden AMAR a los demás y a nosotros mismos |
EXÁMEN DE CONCIENCIA RESPECTO AL CUARTO MANDAMIENTO«Honrarás a tu padre y a tu madre»Las siguientes preguntas para hacer el Examen de Conciencia que te proponemos, son sacadas de: «El manual del pueblo de Dios», y de varias Webs Católicas, como Fluvium.org y encuentra.com. ¿He irrespetado a mis padres? ¿He tenido sinceras actitudes de gratitud y amor por ellos? ¿Les he entristecido con mi conducta? ¿Los he amenazado o maltratado de palabra o de obras, o les he deseado algún mal grave o leve? ¿Los respeto? ¿Los he respondido con aspereza? ¿Les he negado la palabra? ¿Los he insultado? ¿Los he despreciado? ¿Me he avergonzado de ellos públicamente? ¿Los he tratado con dureza y brusquedad? ¿Los he disgustado? ¿Los he socorrido en sus necesidades tanto materiales como espirituales? (Uno de los mayores pecados de los hijos para con sus padres es no facilitarles a tiempo el que reciban la confesión, la santa Unción de enfermos y el Viático) ¿Atiendo a mis padres lo que debo con lo que gano? Si han muerto, ¿te acuerdas de rezar por ellos y ofrecerles alguna Misa? ¿Soy indisciplinado y rebelde? ¿Cumplo mis obligaciones? ¿He procurado atender sus deseos razonables sobre mi porvenir? ¿He desobedecido a mis padres o superiores en cosas importantes? ¿He tenido un desordenado afán de independencia, que me lleva a recibir mal las indicaciones de mis padres, simplemente porque me lo mandan? ¿Me doy cuenta que esta reacción esta causada por la soberbia? ¿He dejado de ayudarle a mis padres en sus necesidades espirituales o materiales, pudiéndolo hacer, esforzándome? ¿Me enfado y peleo con mis hermanos y compañeros? ¿He dejado de hablarme con ellos, y no pongo los medios necesarios para la reconciliación? ¿He dado mal ejemplo a mis hermanos o compañeros; y he sido egoísta o envidioso, queriendo siempre sobresalir, tener razón, etc. ¿Me dejo llevar por el mal genio y me enfado con frecuencia sin motivo justificado? ¿Me he sentido responsable ante mis padres del esfuerzo que hacen para que yo me forme, estudiando con intensidad, y cumpliendo con todo en el plantel educativo? ¿Respeto toda autoridad a la que estoy sometido, y miro a estos superiores como representantes de Dios que los ha instituido ministros de sus dones? (Rm 13, 1-2). ¿Me dejo llevar del mal genio y me enfado con frecuencia y sin motivo justificado? HERMANOS ¿Soy egoísta con las cosas que tengo, y me duele dejarlas a los demás hermanos? ¿He reñido con mis hermanos? ¿He tratado bien a mis hermanos? ¿Los he maltratado? ¿Hemos hecho las paces? ¿He sido causa de que aprendan a contestar mal a mis padres, o a desobedecer, o los he escandalizado en algo? ¿He descubierto sus faltas graves a mis padres para que los corrijan, a no ser que haya otro medio más eficaz? ¿Ayudo materialmente a mis hermanos si ellos lo necesitan y yo puedo hacerlo? ¿Les he justificado sus faltas y me he dejado llevar del afecto desordenado en el trato con ellos? ¿He dejado de hablarme con ellos y no he puesto los medios necesarios para la reconciliación? ¿Soy envidioso y me duele que otros destaquen más que yo en algún aspecto? ¿He dado mal ejemplo a mis hermanos? PADRES ¿Desobedezco a mis superiores en cosas importantes? ¿Permanezco indiferente ante las necesidades, problemas y sufrimientos de la gente que me rodea, singularmente de los que están cerca de mí por razones de convivencia o trabajo? ¿Pudiendo hacerlo he dejado de ayudar a mis parientes en sus necesidades espirituales o materiales? ¿Soy causa de tristeza para mis compañeros de trabajo por negligencia, descortesía o mal carácter? ¿He dado mal ejemplo a mis hijos no cumpliendo con mis deberes religiosos, familiares o profesionales? ¿Les he entristecido con mi conducta? ¿Educo convenientemente a mis hijos en buenas costumbres? ¿Los alimento, visto e instruyo en religión y cultura? ¿Les he corregido con firmeza en sus defectos o se los he dejado pasar por comodidad? ¿Corrijo siempre a mis hijos con justicia y por amor a ellos, o me dejo llevar por motivos egoístas o de vanidad personal, porque me molestan, porque me dejan mal ante los demás o porque me interrumpen? ¿Les he amenazado o maltratado de palabra o de obra, o les he deseado algún mal grave o leve? ¿Los he maldecido o deseado algún mal? ¿Los tengo mimados y consentidos? ¿Les río sus faltas y desvergüenzas? ¿Los dejo andar ociosos y vagos? ¿Les doy buen ejemplo en palabras y obras? ¿Hablo delante de mis hijos de cosas que pueden hacer daño a sus almas? ¿Vigilo sus diversiones, amistades, lecturas y espectáculos? ¿Cuido de que en mi casa no entren revistas o películas que puedan hacer daño espiritual a los tuyos? ¿Permito que mis hijas lleven vestidos indecentes o se entreguen a diversiones peligrosas, como bailes, discotecas, novios para pasar el rato, etc.? Si tienen novio formal, ¿tomo las precauciones para que en todo se porten como novios cristianos? ¿Ayudo a mis hijos para que logren un estado de vida acomodado a su condición? ¿He violentado a mis hijos en al elección de estado o prohibido que se consagren a Dios? ¿Inculco en mis hijos rectitud en el proceder, fidelidad al deber y espíritu de trabajo? ¿He descuidado mi obligación de ayudarles a cumplir sus deberes religiosos y de evitar las malas compañías? ¿He abusado de mi autoridad y ascendiente forzándoles a recibir los sacramentos, sin pensar que por vergüenza o excusa humana, podrían hacerlo sin las debidas disposiciones? ¿Les he impedido confesarse para recibir en Gracia de Dios la Santa Comunión? ¿He impedido que mis hijos sigan la vocación con que Dios les llama a su servicio? ¿Les he puesto obstáculos o les he aconsejado mal? Al orientarles en su formación profesional, ¿me he guiado por razones objetivas de capacidad y medios, o he seguido más bien los dictados de mi vanidad o egoísmo? ¿Me preocupo de modo constante por su formación en el aspecto religioso? ¿Me he preocupado también de la formación religiosa y moral de las otras personas que viven en mi casa o que dependen de mí? ¿Me he opuesto a su matrimonio sin causa razonable? ¿Permito que trabajen o estudien en lugares donde corre peligro su alma o su cuerpo? ¿He descuidado la natural vigilancia en las reuniones de chicos y chicas que se tengan en casa evitando dejarles solos? ¿Soy prudente a la hora de orientar sus diversiones? ¿He tolerado escándalos o peligros morales o físicos entre las personas que viven en mi casa? ¿Sacrifico mis gustos, caprichos y diversiones para cumplir con mi deber de dedicación a la familia? ¿Procuro hacerme amigo de mis hijos? ¿Doy a conocer a mis hijos el origen de la vida, de un modo gradual, acomodándome a su mentalidad y capacidad de comprender, anticipándome ligeramente a su natural curiosidad? ¿Evito los conflictos con los hijos quitando importancia a pequeñeces que se superan con un poco de perspectiva y sentido del humor? ¿Soy amable con los extraños y me falta esa amabilidad en la vida familiar? ¿Me quejo delante de la familia de la carga que suponen las obligaciones domésticas? ¿He procurado avivar la fe en la Providencia y ganar lo suficiente para poder tener o educar a más hijos? ¿He degradado el amor conyugal a una simple e irresponsable unión sexual sin querer tener hijos? ¿He cumplido la responsabilidad de evangelizar a mis hijos desde la primera edad, enseñándoles los misterios de la fe, mediante el testimonio de vida cristiana de acuerdo con el Evangelio? ¿Los he forzado a recibir algún sacramento, sin la debida preparación? ¿En el trabajo o en otra actividad, he ordenado o establecido cosas contrarias a la dignidad de las personas y a la ley natural? ESPOSOS (recíprocamente) ¿Hago lo posible por vencer la rutina en el cariño a mi esposo(a)? ¿He reñido con mi consorte? ¿Ha habido malos tratos de palabra o de obra? ¿He fortalecido la autoridad de mi cónyuge, evitando reprenderle, contradecirle o discutirle delante de los hijos? ¿Le he desobedecido o injuriado? ¿He dado con ello mal ejemplo? ¿Eres cariñoso y amable con tu cónyuge? ¿Le ahorras trabajos innecesarios? ¿Le has maltratado? ¿Os insultáis, reñís, etc.? ¿Quitas la libertad a tu cónyuge para lo bueno y lo lícito? ¿Le das disgustos sin motivo? Si le tienes que corregir, ¿lo haces con cariño? ¿Le has desautorizado delante de tus hijos? ¿Le apoyas para que pueda desempeñar cristianamente sus funciones de padre o madre de tus hijos, así como de esposo, esposa? ¿Contribuyes lo suficiente para los gastos de la familia? ¿Malgastas el dinero en vanidades o vicios? ¿Usas el matrimonio rectamente sin fraude mutuo? (Es pecado grave todo lo que sea contrariar ilícitamente la procreación por método antinatural o artificial). ¿Tienes cuidado de evitar el escándalo de los hijos o de otros? ¿Faltas a la fidelidad conyugal en obras o deseos?
SUPERIORS Y FUNCIONARIOS ¿Tratas con justicia y caridad a tus subordinados? ¿Procuras que se guarden las leyes justas? ¿Has guardado justicia en la distribución de cargos, empleos, privilegios, honores y premios? ¿Has dado cargos de responsabilidad a personas que pueden hacer daño? ¿Has protegido a los pobres y desvalidos? ¿Atiendes sin razón a recomendaciones? ¿Te has dejado sobornar por dinero? (No son soborno los regalos y las propinas que se dan por favores que no han sido contra justicia) ¿Has cometido alguna injusticia? ¿Mandas lo que debes mandar? ¿Evitas los escándalos y abusos, o los toleras por temor a algún poderoso, por respeto humano o por provecho propio? ¿Has tomado determinaciones injustas o despachado expedientes injustos? ¿Haces todo el bien que puedes? ¿Has cumplido a conciencia tus obligaciones? ¿Das ejemplo de puntualidad y laboriosidad en tu trabajo? ¿Has perjudicado a alguien con tu descuido en el desempeño de tu cargo? Si influyes en las primas, incentivos, etc., que ganan tus subordinados, ¿das realmente a cada cual lo que se merece, o favoreces a los que te son simpáticos y perjudicas a los que te son antipáticos? ¿Te has aprovechado indebidamente de tu cargo en utilidad propia? Si hay mujeres en tu trabajo, ¿encuentran en ti un caballero, o por el contrario un ambiente de estímulo carnal? En el trabajo, ¿hay subordinados tuyos que en sus maneras de portarse, hablar, suscitan conversaciones indecentes y procuran amistades peligrosas, debiendo tú cortar esas ocasiones de mal y no lo haces? ¿Eres diligente en despachar los asuntos de otros que están esperando su tramitación? ¿Pospones los negocios de los pobres a los de los ricos, perjudicando a aquéllos con el retraso? ¿Eres atento y amable con todos los que acuden a ti? ¿Cuidas de que tus subalternos no traten mal a los que acuden a ellos? ¿Son tus modales duros, despóticos o desagradables? ¿Repercuten en el trato con tus subordinados tus disgustos familiares o tu falta de salud? Cuando hay que reprender, ¿procuras hacerlo constructivamente, sin ofender, ni injuriar? ¿Felicitas a tus subordinados cuando su trabajo lo merece para que puedan ellos tener la satisfacción de sentirse útiles a los demás? PATRONOS ¿Das a su tiempo el salario justo y conveniente? ¿Hay armonía entre lo que ganan tus obreros y los beneficios que tú sacas de ese trabajo? ¿Eres culpable de apuros económicos de tus obreros por darles salarios insuficientes? ¿Tienes bien clasificados a tus obreros pagándoles conforme a la categoría del trabajo que de hecho realizan? ¿Les pagas equitativamente las horas extraordinarias, y los trabajos especialmente duros o peligrosos? ¿Guardas con ellos las leyes? ¿Dotas a tus obreros del equipo suficiente para suavizar en lo posible la dureza del trabajo? ¿Las condiciones de higiene y seguridad en el trabajo son tales que tú en su lugar no pedirías más? ¿Te esfuerzas por complacer a tus obreros en sus deseos razonables? ¿Tratas a tus obreros con caridad cristiana como a tus hermanos? ¿Te interesas por su bienestar, su salud, su familia… en cuanto esto sea posible? ¿Evitas cuanto puedes la promiscuidad de los sexos? ¿Te preocupas de que tus jefes de taller o de tu oficina no perviertan al personal que tienen a sus órdenes? ¿Das buen ejemplo con una actitud irreprochable para con las mujeres que tienes en tu empresa? ¿Facilitas el ejercicio de los deberes religiosos de tu personal? ¿Les encargas trabajos que ofenden su conciencia? ¿Les impones trabajos superiores a sus fuerzas? ¿Aprecias el esfuerzo realizado y reconoces su mérito para que tus subordinados gocen de esta satisfacción? ¿Abusas de los necesitados? ¿Te procuras ganancias desproporcionadas? ¿Has perjudicado injustamente a alguna persona con tus negocios? ¿Te preocupas de la moral en los negocios y de tener rectamente formada la conciencia profesional? ¿Cumples con la justicia social y cooperas al remedio de las circunstancias difíciles para los obreros? ¿Contribuyes, según tus posibilidades, al remedio de la sociedad, empleando tu capital en forma que proporcione trabajo al obrero? ¿Das a tus obreros ejemplo de patrono católico modelo por tu piedad, tus costumbres y tu justicia? OBREROS ¿Obedeces y respetas a tus superiores? ¿Cumples tus contratos justos? ¿Cuidas las cosas de tus patronos? ¿Les haces daño sin necesidad en sus bienes? ¿Malgastas sin necesidad materiales o energía? ¿Cuidas los instrumentos de trabajo como si fueran tuyos? ¿Trabajas con diligencia el tiempo debido? ¿Das buen ejemplo de honradez y fidelidad? ¿Guardas los secretos de fabricación de la empresa en que trabajas? ¿Impides, sin derecho, que trabajen otros que lo necesitan? ¿Son lícitos los medios que empleas para defender tus derechos? ¿Das buen ejemplo a tus compañeros de trabajo? ¿Les ayudas en lo que necesitan siempre que te es posible? ¿Haces todo lo que puedes para acercarlos a Dios? TODOS ¿Pudiste hacer bien a otros y no lo hiciste? ¿Cumples a conciencia tus obligaciones profesionales? ¿Eres egoísta olvidándote de los derechos o necesidades del prójimo, cuando entran por medio tus intereses? ¿Has cometido alguna injusticia? ¿Algún negocio sucio? ¿Obedeces las leyes justas? ¿Has hablado de las autoridades con el respeto debido, reconociendo que el ejercicio del poder es cosa compleja y difícil, y que también los hombres honrados son capaces de error, o te has dejado llevar de críticas injustas, o simplemente inoportunas, que destruyen en lugar de construir la vida de armonía en la sociedad? ¿Te portas en todo como ciudadano ejemplar, como corresponde a un buen católico? ¿Has despreciado conscientemente la autoridad de un superior legítimo? (En esta materia se puede pecar gravemente). |
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