Saltar al contenido

HAY LEYENDA DEL BESO

HAY LEYENDA DEL BESO

Besando, que es gerundio y también tiene su “enjundio”, y su infundio. Claro que hay besos y “besos”, igual que hay quesos y “quesos”. En una tabla de quesos hay quesos de guarnición, y en el modo de los besos hay los de mala intención, pues un beso de ternura lo da una persona pura, pero un beso de ternera dado con la entera boca, parece un beso de foca.

Hay que tener caradura y manifestar “ternura” besando la dentadura, eso lo hace el hedonista con vocación de dentista.

El beso bucal, extraconyugal, es inmoral porque enciende el deseo sexual. Un beso prolongado, para quién no está casado, acaba siempre en pecado. El beso tiene mucha “química”. Al besarnos, los labios -que son erógenos, por su multitud de terminaciones nerviosas- producen oxitocina, que pasa al cerebro, y, a una persona normal, le produce excitación sexual.

“Del beso al lecho hay poco trecho”. Hoy abunda la camama, también la leyenda urbana, de que un beso “a la americana” (películas) no siempre acaba en la cama. Piensa que de este suceso, nula vez saldrás ileso; que no te la den con queso.

No te tragues la quimera de que así nadie se altera, y que es tan inocente como besarse en la frente, el besar así a cualquiera o al vecino de enfrente, sea de buenas a primera, y de modo tan hortera.

Está de moda el “piquito” en la contracultura actual, muy propia de gente loca, porque no es pico, es boca. “Piquito” es un eufemismo bien cargado de cinismo, engendro del esnobismo circulante entre el vulgo practicante.

¿QUÉ TE PARECE? Pienso yo que el “picoteo”, queda pero que muy feo, es un besito bucal como de ave de corral. Un “piquito” queda lindo para quien cae del guindo.

Un “piquito” rapidito, suave y afectuoso, no es algo pecaminoso, más no es ‘peccata minuta’ si el cuerpo así disfruta. Si te mola mogollón y buscas excitación, queda clara tu intención y precisas confesión.

Este besito bucal no es algo banal; si eres persona de sesos (y no uno de “esos”), no practiques el exceso de matar un cerdo a besos.

Si tú eres bautizado, no me seas apajarado, deja los picos de lado, evitarás agobios y microbios, porque un besito bucal no es un arrumaco, es un “arrimaco” peligroso, apto para hacer el oso. Un piquito de querencia, no suele afectar a la conciencia, pero si es un picotazo, suele arrear latigazo.

Por ausencia de malicia, brilla el beso de cariño en la mejilla, y es como besar una tortilla.

Dicen que el beso ata mucho, más que la cadena al chucho.

Un beso, entre otras cosas, hace sentir “mariposas”, pero quien no está ‘sponsato’, le busca tres pies al gato y mama el virus del ‘peccato’.

Aquí dejo y finiquito la leyenda del beso y el “piquito”.


Javier Bellido

© copyright