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Patria perdida

 

Patria perdida

El sitio de nuestros sueños,

la morada tan deseada,

nos había sido dada

pero fue desbaratada.

 

Debíamos de haber nacido,

y para siempre vivido,

eternamente en el Paraíso

como así, Dios lo quiso.

 

Un lugar de amor

sin sufrimiento ni dolor,

perfección abundante

y belleza deslumbrante.

 

Idílico paraje

donde la muerte

no daba alcance.

 

Ni pobreza, ni soledad,

ni odio, ni maldad

allí iban a habitar.

 

Sólo daba cabida

a la bondad y la Vida.

al amor y la dicha.

 

Dios, a nuestro lado, discurría

la gracia, nuestras almas revestía,

y nos permitía,

gozar de su compañía.

 

De amor

estaba pintado el paisaje.

De gozo

adornado el paraje.

 

El Edén, era nuestro hogar,

obsequio de Dios a la humanidad.

El Edén, era nuestra patria

donde viviríamos eterna felicidad.

 

Creado para nosotros
para que fuésemos siempre gozosos.

Preparado para nosotros

para que ni un instante fuese doloroso.

 

Dios, Tú el Paraíso hiciste,

a nosotros lo diste,

¡pensaste en el mínimo detalle!
pero el ser humano, destruyó los planes.

 

Que el recuerdo,

de esta patria perdida

nos muestre,

tu Amor sin medida.

 

Que el contemplar,

estos tus primeros designios,

nos demuestre

que es por el hombre,

que hay muerte y suplicio.

 

El Edén era

nuestro primer destino,

pero ahora

¡El Cielo nos espera!

 

Alba Bellido Durán
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