Mi protector Cada día, cada segundo de mi vida, tú estás conmigo. Cada momento, cada respiración de mi vida, tú estás conmigo. Cuando estoy feliz y cuando estoy afligida; cuando quieren dañarme o de Dios apartarme, tú estás conmigo.
Eres divino, creado por Dios, criatura excelsa, hecha del Amor. Existías antes que yo, pero siguiendo los mandatos del Señor, me cuidas y defiendes como ángel protector.
En el principio de los tiempos luchaste y venciste, con Dios, quedarte decidiste; completamente al mal renunciaste, y tu fidelidad al Señor, por siempre sellaste.
Tu belleza es el reflejo de tu amor por Dios, tu bondad y humildad, hacen que resplandezcas sin parar. Tus espléndidas y magníficas alas, me protegen y amparan. Tu asombrosa e imponente presencia, desprende respeto, fe y amor.
Brillas como el sol ardiente, pues en ti está el Amor de Dios Omnipotente. Tus alas bañadas en oro, plata y marfil te hacen volar, cual rayo llameante sin fin.
Tus ojos muestran el cielo; me recuerdan lo que tanto anhelo. tus vestiduras blancas y puras como ningunas, están recubiertas con los destellos de las estrellas.
Cada instante, das gloria y honra al Padre; cada instante, del maligno estás vigilante, cada instante, velozmente llevas mis oraciones, cada instante estás a mi lado, en todas las situaciones.
Oh, mi Ángel querido, me cuidas en silencio, pero yo sé de tu presencia. Me cuidas con cariño, y yo noto tu amor. Me cuidas con diligencia, estás atento a cualquier negligencia.
Ángel amado, amigo mío; quiero agradecerte cuanto haces por mí, quiero agradecerte tu compañía y cuidados. Quiero recordarte que te valoro y te admiro, quiero recordarte que te necesito y ¡te quiero!
Gracias, gracias por todo, angelito. Nunca, nunca te apartes de mi lado; y así yo, siempre, siempre permaneceré junto a ti; mi protector.
Alba Bellido Durán |