Saltar al contenido

Mi protector

 

Mi protector

Cada día, cada segundo de mi vida,

tú estás conmigo.

Cada momento, cada respiración de mi vida,

tú estás conmigo.

Cuando estoy feliz y cuando estoy afligida;

cuando quieren dañarme o de Dios apartarme,

tú estás conmigo.

 

Eres divino, creado por Dios,

criatura excelsa, hecha del Amor.

Existías antes que yo,

pero siguiendo los mandatos del Señor,

me cuidas y defiendes como ángel protector.

 

En el principio de los tiempos

luchaste y venciste,

con Dios, quedarte decidiste;

completamente al mal renunciaste,

y tu fidelidad al Señor, por siempre sellaste.

 

Tu belleza es el reflejo de tu amor por Dios,

tu bondad y humildad, hacen que resplandezcas sin parar.

Tus espléndidas y magníficas alas, me protegen y amparan.

Tu asombrosa e imponente presencia, desprende respeto, fe y amor.

 

Brillas como el sol ardiente,

pues en ti está el Amor de Dios Omnipotente.

Tus alas bañadas en oro, plata y marfil

te hacen volar, cual rayo llameante sin fin.

 

Tus ojos muestran el cielo;

me recuerdan lo que tanto anhelo.

tus vestiduras blancas y puras como ningunas,

están recubiertas con los destellos de las estrellas.

 

Cada instante, das gloria y honra al Padre;

cada instante, del maligno estás vigilante,

cada instante, velozmente llevas mis oraciones,

cada instante estás a mi lado, en todas las situaciones.

 

Oh, mi Ángel querido,

me cuidas en silencio, pero yo sé de tu presencia.

Me cuidas con cariño, y yo noto tu amor.

Me cuidas con diligencia, estás atento a cualquier negligencia.

 

Ángel amado, amigo mío;

quiero agradecerte cuanto haces por mí,

quiero agradecerte tu compañía y cuidados.

Quiero recordarte que te valoro y te admiro,

quiero recordarte que te necesito y ¡te quiero!

 

Gracias, gracias por todo, angelito.

Nunca, nunca te apartes de mi lado;

y así yo, siempre, siempre permaneceré junto a ti;

mi protector.

 

Alba Bellido Durán
© copyright