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Perder para ganar

 

PERDER PARA GANAR

Por Dios, perder
lo que de Él nos separa.

Perder el orgullo
antes que perder su Gracia,
porque en ella está
tu dignidad de hijo suyo,
hijo de Dios Todopoderoso.

Por Dios, perder
lo que de Él nos separa.

Perder el egoísmo
y obrar sólo para su Gloria,
porque ¿de qué sirve hacer el bien,
si no es por amor al Sumo Bien, a Dios?

Por Dios, perder
lo que de Él nos separa.

Y alejarnos de las ocasiones de pecado;
¡no retes a la tentación!,
porque «sin Mí no podéis hacer nada»,
dijo Jesús, que exclamó: «Vade retro Satana»;
apártate pues del mal,
para que se aparte de ti Satanás.

Por Dios, perder
lo que de Él nos separa,
es perder para ganar;
¿quieres ganar la santidad?

Morir a lo malo,
para vivir lo bueno,
porque escoger es rechazar;
escoge…
y rechazarás lo opuesto a lo escogido.

Rechaza el libertinaje,
por la verdadera libertad;
rechaza el rencor,
por perdonar de verdad;
y a la soledad,
por aceptar en ti,
el amor de Dios incondicional.

Rechaza al demonio,
por seguir con alegría y fidelidad,
los diez mandamientos,
que nos abren las puertas
del Reino eterno, tu morada.

Por Dios, perder
lo que de Él nos separa,
significa siempre,
perder para ganar.

 

Patricia Bellido Durán
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