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Catecismo meditado - 9. página

No habrá otra revelación – 66

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS 

III. Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación» (DV 2)

No habrá otra revelación 

66 «La economía cristiana, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará y no hay que esperar ya ninguna revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo» (DV 4). Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada; corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido en el transcurso de los siglos.

Meditación:

No habrá otra revelación 

Dios habló con su Hijo, el Verbo encarnado, Jesús de Nazaret, el Mesías Salvador. Todo esta dicho por Dios, porque Dios mismo cumplió con su venida al mundo, la revelación. Pero dijo Jesús que aún faltaban muchas cosas por conocer y que el Espíritu Santo se ocuparía de esta labor, la de consolar e instruir, la de unir en un sólo pueblo a los salvados.

P. Jesús

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No habrá otra revelación – 67

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS 

III. Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación» (DV 2)

No habrá otra revelación 

67 A lo largo de los siglos ha habido revelaciones llamadas «privadas», algunas de las cuales han sido reconocidas por la autoridad de la Iglesia. Estas, sin embargo, no pertenecen al depósito de la fe. Su función no es la de «mejorar» o «completar» la Revelación definitiva de Cristo, sino la de ayudar a vivirla más plenamente en una cierta época de la historia. Guiado por el Magisterio de la Iglesia, el sentir de los fieles (sensus fidelium) sabe discernir y acoger lo que en estas revelaciones constituye una llamada auténtica de Cristo o de sus santos a la Iglesia.
La fe cristiana no puede aceptar «revelaciones» que pretenden superar o corregir la Revelación de la que Cristo es la plenitud. Es el caso de ciertas Religiones no cristianas y también de ciertas sectas recientes que se fundan en semejantes «revelaciones».

Meditación:

No habrá otra revelación 

Todo es sabido por la Iglesia Católica, porque todo esta revelado, por eso nadie puede cambiar la Revelación ya dada por Dios mismo. Y las revelaciones privadas tienen que estar sujetas a supervisión de los eclesiásticos competentes de la Santa Madre Iglesia Católica.

P. Jesús

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RESUMEN – 68 al 73

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS 

III. Cristo Jesús, «mediador y plenitud de toda la Revelación» (DV 2)

RESUMEN

68 Por amor, Dios se ha revelado y se ha entregado al hombre. De este modo da una respuesta definitiva y sobreabundante a las cuestiones que el hombre se plantea sobre el sentido y la finalidad de su vida. 

69 Dios se ha revelado al hombre comunicándole gradualmente su propio Misterio mediante obras y palabras. 

70 Más allá del testimonio que Dios da de sí mismo en las cosas creadas, se manifestó a nuestros primeros padres. Les habló y, después de la caída, les prometió la salvación (cf. Gn 3,15), y les ofreció su alianza. 

71 Dios selló con Noé una alianza eterna entre El y todos los seres vivientes (cf. Gn 9,16). Esta alianza durará tanto como dure el mundo. 

72 Dios eligió a Abraham y selló una alianza con él y su descendencia. De él formó a su pueblo, al que reveló su ley por medio de Moisés. Lo preparó por los profetas para acoger la salvación destinada a toda la humanidad.

73 Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo, en quien ha establecido su alianza para siempre. El Hijo es la Palabra definitiva del Padre, de manera que no habrá ya otra Revelación después de El.

Meditación:

RESUMEN 

Dios todo lo ha hecho y lo hace por Amor. Y por este mismo Amor se ha revelado a las personas; la Revelación es un acto de Amor de Dios al hombre.

Por obras y palabras, la revelación de Dios nos ha sido dada por Dios mismo, desde el principio de la Historia.

La alianza de Dios a los hombres, es esta mano amiga que necesita el hombre para levantarse y proseguir en la ruta de su salvación. El hombre, sin Dios permanece postrado eternamente. Agarrarse a la mano de Dios es aceptar su Salvación, es aceptarlo como Dios y entregarse a Él, para que se haga su voluntad en el hombre, y su voluntad es salvarlo. ¡Eso no lo dudéis jamás ¡jamás! Dios salva al hombre, por ser Dios y Hombre verdadero, por ser Dios. Ya Dios es hombre por siempre jamás, por tener vida por María, Dios es hombre siendo Dios. Tenemos un Dios Hombre, que nos lleva a su Reino de los Cielos, y hace que nuestra naturaleza humana, otro día viva en cuerpo glorioso, porque Jesús, que es Dios, abrió el camino para recorrerlo con él y dar la salvación a todo hombre que crea en su Revelación.

P. Jesús

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II. LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA – 74

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
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CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA 

74 Dios «quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» ( 1 Tim 2,4), es decir, al conocimiento de Cristo Jesús (cf. Jn 14,6). Es preciso, pues, que Cristo sea anunciado a todos los pueblos y a todos los hombres y que así la Revelación llegue hasta los confines del mundo:

Dios quiso que lo que había revelado para salvación de todos los pueblos se conservara por siempre íntegro y fuera transmitido a todas las edades (DV 7).

 

Meditación:

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA 

El querer de Dios es que todos sus hijos, todas las personas del mundo, sepan de su amor por todos y cada uno, amor vivo en Jesús, Dios Hijo Jesucristo, el Verbo, el Dios que murió para salvarnos a todos, ¡a ti! Dios quiere que se propague el evangelio porque desea que todas las personas del mundo puedan saber y aceptar el Amor con que son amados por Dios, pero que si no se sabe de este Amor de Dios, no puede aceptarse y disfrutar de él con los goces espirituales que Dios Espíritu Santo envuelve a los hombres de buena voluntad.

Dios quiso y quiere que el mundo se salve, que todas y cada una de las personas del mundo se salven, ¡que tú te salves! Por eso la Iglesia y, antes, el Pueblo elegido, deben hablar claro y claramente de la Verdad, deben proclamar que Dios Ama a cada uno y quiere y puede darle su amor, si quiere; ¿quieres recibir el Amor con que Dios te ama? Pues, escucha la Verdad: Dios creó el mundo, Dios se hizo hombre en Jesús y murió por tus pecados. Acepta la Verdad y disfruta de tu inmortalidad en el Amor de todo un Dios Todopoderoso y Eterno.

¡Pasa la buena noticia! ¡Propaga el Evangelio!

P. Jesús

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I. La Tradición apostólica – 75

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
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CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 2  LA TRANSMISIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA

I. La Tradición apostólica 

75 «Cristo nuestro Señor, plenitud de la revelación, mandó a los Apóstoles predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que el mismo cumplió y promulgó con su boca» (DV 7). 

Meditación:

I. La Tradición apostólica

Dios, Jesús, el Verbo, habló y obró el Evangelio. Tú, aprende el Evangelio, lee y aprende, deja que Cristo te hermane; sufre como sufrió Dios mismo, Jesús, y resucitarás como Él resucitó, porque tu alegría está en proclamar el Evangelio, en vivir el Evangelio, porque sabes que no vas a vivir para siempre en este mundo, nadie lo ha hecho ni lo hará; el mismo Dios, Jesús, murió y resucitó, y la Virgen María, llena de Gracia concebida, subió a los Cielos. Nadie se queda aquí en este mundo, ¿para qué quedarse en la tierra si nos espera el Reino de los Cielos, ¡la Patria del Cristiano!? ¡Ánimo hermano-a, Dios, el Verbo, ya habló y obró, dejándonos el Evangelio.

P. Jesús

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