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UNA BUENA ORIENTACIÓN, DECIDE TU SALVACIÓN

UNA BUENA ORIENTACIÓN, DECIDE TU SALVACIÓN

En vez de irme por las ramas, voy a irme por las hojas, hasta llegar a las flores del Mirasol, vulgar y erróneamente, también llamado Girasol, porque éstas no giran siguiendo al sol, sino que, en contra de lo que piensa mucha gente, miran fijamente al sol de oriente (sol naciente), como los Reyes de Oriente fueron a “mirar” (adorar) al “Sol naciente” de Justicia y Amor, Jesús, Nuestro Señor.

¡Qué Majos estos Reyes de Oriente!, hicieron un largo camino, orientados hacia Dios y guiados por la estrella, para adorar a Jesús, Dios.

Herodes, el malvado, estaba muy desorientado.

El camino de la salvación, sigue una dirección, una orientación del corazón hacia el Dios de la Redención.

El día de la Epifanía, resplandece de alegría, por la Estrella que, de nuevo, lucía, y por el gozo de Jesús, José y María.

Para nosotros, esta Estrella-guía, es la Virgen María, que nos lleva hasta Jesús (“A Jesús por María”).

Los Reyes nos dan una lección de amor y de adoración, valga la repetición, porque adorar es amar con todo el corazón.

Los enamorados se dicen: te quiero, te adoro… (te compro un loro).

Dicen que “Amor con amor se paga”, pues, nosotros corresponderemos con gratitud y adoración a la Manifestación del inmenso amor de Dios a los hombres, a todos, a miles de miles, incluidos los gentiles.

Aprovecho para resaltar la importancia de adorar. El fin de nuestra vida es la gloria de Dios, y el camino hacia La Vida es la adoración, entregando a Dios el corazón.

Si no adoras a Dios, y Jesús es Dios, “pasas” del Primer Mandamiento, y tu fe y tu caridad son como anécdotas de un bonito cuento.

Si no adoras a Dios, mal vas, repites el “Non serviam” de Satanás.

“Se postrarán ante Él todos los pueblos…” Si no te arrodillas, hermano, más que “de pueblo”, eres aldeano. Si arrodillarte te irrita, ¿serás un chulo urbanita?

Aunque la adoración brote del corazón, la genuflexión es manifestación de humillación y de buena educación.

Quedarse en pie, queda feo, como hacía el fariseo. Adorando de pie, desde la altura, pareces El Caballero de la Triste Figura.

Tu adoración ¿es drástica, elástica o escolástica?

Descontando el que no te puedas arrodillar por dolor articular, si no te arrodillas, una de dos: O estás en mantillas, o, para ti, Jesús no es Dios.

A Dios se le da adoración en la Comunión, durante la Consagración, y en todo lugar, en cualquier ocasión. Cuando veas un campanario, oriéntate hacia el Sagrario.

“Una sola cosa es necesaria, estar cerca de Jesús”. (San Pío de Pietrelcina).

Póstrate ante Dios, Jesús, Rey de reyes; “párate” en el suelo, como la estrella hizo stop en el cielo de Belén.

Los Reyes fueron a buscarle hasta Belén, tú lo tienes mucho más fácil, puedes acercarte hasta la Iglesia; le encontrarás en todos los sagrarios, desde Alaska a la Polinesia.

La respuesta de un chaval que se preparaba para la Primera Comunión: “Dios está en el cielo, en la tierra y en todo lugar, pero donde más para, es en el Sagrario”.

Es necesario amar, adorar, para poder irradiar el amor del Señor. Hay que adorar para poder evangelizar, siendo radiadores del Amor de los amores.

TODO POR LA GLORIA DE DIOS, QUE NUESTRO AMOR SEA FIEL Y DÉ FRUTO…

 

¿QUÉ TE PARECE? ESTA ENSALADA VARIADA, ADEREZADA COMO DE PASADA:

Es un hecho “virídico”, que existe el “virus peccati”.

Contra la depresión, buena dosis de Confesión.

El amor se las ingenia, superando la pandemia.

Dios se hizo Hombre para no ser “demasiado grande” para nosotros.

“Ama y haz lo que quieras”, no es: Haz lo que quieras amar.

Que el dos mil  veintiuno no sea un año tontuno, sal del rebaño vacuno, y ama a Dios más que ninguno.

 

“Te amo, Señor, más que el calor de un fuego invernal.

Te amo, Señor, más que la sombra estival;

más que al agua fresca del manantial.

Te amo, Señor, más que al móvil y al ordenador;

más que al coche y al televisor.

Te amo, Señor, más que a ningún otro amor”. (Anónimo)

 

María es la Estrella fulgurante del católico practicante.

Haz algo bueno cada día, de la mano de María.

Año Nuevo, a estrenar, es buen año para amar, y también para hacer el bien sin mirar a quien.

“Está más cerca de Dios, el malhechor que se avergüenza de sus fechorías, que el hombre honesto que se avergüenza de hacer el bien”. (Padre Pío).


Javier Bellido

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