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“AMAR CON TODAS LAS CONSECUENCIAS…”

“AMAR CON TODAS LAS CONSECUENCIAS…”

Es un sí rotundo a la vida y a la familia, pero parece que el amor inconsecuente, es lo que mola a la gente.

El amor tiene sus consecuencias y, si las quieres evitar, es que no sabes amar. Tendrás que hacértelo mirar, porque las consecuencias del amor son, de lo bueno, lo mejor. Así como del amor a Dios, se sigue la Vida eterna, del amor conyugal se sigue la vida terrenal, te parezca bien o mal. Los hijos son fruto (consecuencia) del amor mutuo. El amor mutuo matrimonial, es fecundo por su natural.

El Cielo es el Campo de Dios —dónde puedes adquirir gratuitamente tu parcela y la de tus hijos—. No pongas puertas al campo, y Dios, con su amorosa Providencia, cuidará de vosotros como cuida a los lirios del campo.

Amor conyugal sin procreación, es sublime aberración.

Sólo la inconsciencia, la inconsecuencia, la incongruencia, o la indecencia moral, permite a la conciencia jugar al escondite, esquivar, la consecuencia natural del amor conyugal.

Despierta de tu ensoñación: Si no le das a Dios todos los hijos que son de su voluntad, me sorprende tu falta de piedad, porque no amas a Dios sobre todas las cosas y personas.

La mejor estrategia matrimonial, es acudir al recurso espiritual: oración y sacramentos… y dejar otros inventos, porque nunca los casados cohabitaron en conventos. Dios quiere familias sin restricciones, rebajas ni descuentos. Paternidad de deseo, carente de voluntad, es falta de santidad.

Se habla mucho de derechos naturales (incluso de métodos naturales, etc.), y se olvidan los DEBERES naturales. Adivina cuáles son, cuáles, los deberes naturales matrimoniales… ¡Siéntate y tómate un frasco de sales!

Si los casados fuesen fieles a sus compromisos, no se cometerían tantos desaguisados.

Se cogen unos resfriados colosales, con tantos “métodos naturales”; con el irónico tópico de “estar abiertos a la vida”, se cierra la puerta principal, para poder medioentrar por la puerta de servicio, que, al estar entreabierta, produce una continua corriente de aire, poco saludable espiritualmente, afectivamente y psíquicamente.

¡Qué horror, un amor logístico y calculador!

El amor controlado con una moral de desenfado, acaba siendo pecado.

¡Mucho ojo con “el ogino”!, puedes salirte del Camino.

Esquivar la fecundación “naturalmente”, naturalmente, no significa dar la espalda a Dios, sino ponerse de perfil, que es una actitud bastante vil, postura en la que mira el sol, cualquier reptil.

Dicen que el amor se hace de renuncias mutuas…, pues está claro, renunciad a los “métodos naturales”, y seréis los amantes ideales, y os podréis amar mirándoos a los ojos.

El “billings” es un deporte peligroso, algo así como hacer “bullings” a la vida.

La llamada “paternidad responsable”, es una gran estafa, si se omite la “letra pequeña” (“motivos graves”, que no sean pequeñeces).

La aplicación de algún método natural —como excepción— para regular la procreación —siempre con la debida justificación: motivo grave, no suave—, no es más que una permisión eclesial, debida la dureza de corazón actual.

Pero atento, que la moraleja del cuento, debes deducirla en tu conciencia, por mucho que avance la ciencia; y a Dios no “se le pasea”, sería como pretender venderle miel al colmenero.

Qué pesimista y cenizo, es que preparándose para el matrimonio, hagan un “máster” para evitar ser “máter”; es como hacer un cursillo sobre cómo poder inscribirse en “el paro”, antes de entrar en la universidad, por si no encuentras trabajo.

La fidelidad de un matrimonio, aleja mucho al demonio, porque entre ellos dos, se encuentra Dios (… “donde haya dos o más, reunidos en mi Nombre, allí estoy, en medio de ellos”.)

“Quien no guarda en su corazón el recuerdo de sus padres, jamás podrá ser fiel en el amor” (P. Jesús).

¡Qué sencillas son las cosas, cuando se aplica el sentido común!

Matrimonio de flirteo, matrimonio maniqueo.

La “pareja” es la imagen zoológica del matrimonio.

La familia es la vida sostenible; la “pareja” es la vida “SOS TEMIBLE”.

Casarse, para no tener hijos, es como graduarse en filosofía, para cuidar cerdos.

Ciegos consejeros espirituales, son los que hacen competencia desleal a la Ley Natural. La deslealtad lleva a la impiedad y a la infidelidad. No olvides que hay cosas recomendables (estimables) que son poco aconsejables (prudentes). No les compres su motu proprio.

“Métodos naturales”, o “los días oscuros del amor”, como me gusta calificar.

No seas de los que se casan, y no dan señales de vida.

Ejerce la paternidad-maternidad con libertad, viviendo la fidelidad en la fecundidad, que lo demás es mezquindad.

QUÉ TE PARECE:

Se dice: “Quien bien te quiere, te hará llorar”.

Te digo: “Quien bien te ama, te hará embarazar”; porque te hará reír y cantar, y contigo se va a casar; juntos vais a procrear, os vais a santificar, y seréis eternamente felices (no habrá en el mundo perdices) porque os vais a salvar.