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Puntos meditados - 5. página

CATECISMO MEDITADO por el P. Jesús

IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 40

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios? 

40 Puesto que nuestro conocimiento de Dios es limitado, nuestro lenguaje sobre Dios lo es también. No podemos nombrar a Dios sino a partir de las criaturas, y según nuestro modo humano limitado de conocer y de pensar.

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios? 

Conocer a Dios; para el hombre es fundamental este conocimiento, y le lleva a él su deseo de comunicación, su deseo de tener comunicación con alguien fuera de él mismo, con otro ser que le acepte como es y le ayude a ser mejor. Todos queremos tener más logros en la vida, por eso buscamos conocer y comunicarnos, para crecer y ser mejores cada día.

Hay una necesidad profunda en el hombre, de ser mejor de lo que fue, porque Dios imprimió en el hombre el deseo de fundirse en Dios, su imagen y semejanza: Dios.

El hombre está limitado por su naturaleza; recordemos al hombre primigenio, recordemos que hemos aprendido del ejemplo de nuestros antepasados, que han ido prosperando en el lenguaje y entendimiento, y vemos que al hombre le es muy difícil, por sí solo, de avanzar en la comunicación ya entre los suyos, pues podemos ver y vemos que para el hombre, la comunicación con Dios, también le es muy difícil porque ¿cómo aprender de Dios?, ¿cómo se comunica Dios? El hombre aprendió a comunicarse al ir comunicándose, y con cada generación del hombre, avanzó el conocimiento de la comunicación entre los hombres. Para comunicarse con  Dios, sabemos que es a través de la oración, y lo sabemos por la revelación que Dios hace al hombre. Con Jesús, Dios, se dió un paso muy importante para la comunicación del hombre con Dios, porque Dios se hizo hombre y habló de Dios, de Sí mismo, al hombre, y por lo tanto, el hombre puede comunicarse con Dios por la oración y los sacramentos recibidos en Gracia de Dios, es decir, en la misma frecuencia que Dios habla, que es en la Gracia, en el lugar donde Dios ha perdonado al hombre por la confesión y lo ha limpiado con Su muerte en la Cruz; y por la aceptación de esta realidad, el hombre, y su fe unida a las obras de la misma, invaden la esencia de Dios y se comunican con Él directamente, por estar Dios con el hombre, por recibir el hombre a Dios por los sacramentos.

Le es difícil al hombre comunicarse con Dios, porque el hombre no es perfecto; busca su perfección, pero no es perfecto. Con la comunicación, el hombre aprende de los demás, y con su comunicación con Dios, el hombre aprende de Dios; y sin comunicación no hay conocimiento.

Unidos a Dios, mediante la oración y los sacramentos, alcanza el hombre su perfección, porque aprende de Dios que es Quien lo creó; y, en su perfección, el hombre conoce a Dios.

La perfección, la santidad del hombre, es hablar con Dios y aprender de Dios, y obrar con Dios.

P. Jesús

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IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 41

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios? 

41 Todas las criaturas poseen una cierta semejanza con Dios, muy especialmente el hombre creado a imagen y semejanza de Dios. Las múltiples perfecciones de las criaturas (su verdad, su bondad, su belleza) reflejan, por tanto, la perfección infinita de Dios. Por ello, podemos nombrar a Dios a partir de las perfecciones de sus criaturas, «pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor» (Sb 13,5).

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios? 

Contemplar a Dios al observar a las personas, que son a su imagen y semejanza, a imagen y semejanza de Dios, eso nos acerca a Dios, porque Dios no quiere que el hombre esté solo, sino que siendo muchos, sirviéndonos unos a otros, gocemos del amor de Dios que, viviendo en nosotros, por vivir nosotros en gracia de Dios, nos demos uno a otro a Dios en las obras de nuestras manos, en las palabras de nuestro corazón, en los hechos de nuestra vocación.

Dios está en todo: todo refleja la obra de sus manos, como todo lo que hacemos lleva nuestro sello: “Hecho por nosotros”. A veces leemos un escrito y por su sóla redacción podemos saber quien es el autor, y aunque las palabras son las mismas para todos, la combinación que se usa de ellas para darnos sus ideas, eso es distinto en muchos, sobre todo en personas que se forman continuamente por la práctica de todas sus facultades.

Vernos unos a otros es conocer a Dios que nos creó a todos. Y como Dios es bueno y sabio, lo bueno y sabio de nosotros es lo que sale de Dios por ser semejantes a Él.

P. Jesús

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IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 42

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios? 

42 Dios transciende toda criatura. Es preciso, pues, purificar sin cesar nuestro lenguaje de todo lo que tiene de limitado, de expresión por medio de imágenes, de imperfecto, para no confundir al Dios «inefable, incomprensible, invisible, inalcanzable» (Anáfora de la Liturgia de San Juan Crisóstomo) con nuestras representaciones humanas. Nuestras palabras humanas quedan siempre más acá del Misterio de Dios.

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

Dios no se puede explicar en toda su Verdad, Belleza y Misericordia, porque el Amor no se explica; se conoce, se vive, se siente y se comparte. Cuando el hombre ame a Dios, empezará a conocerlo porque la misma esencia del amor lo reconocerá.

Muchos han amado y a veces más o que otras, pues amar a Dios es amar con todo el amor. ¿Verdad que hay felicidad en amar y ser correspondido? Pues eso es Dios: Se ama y se corresponde así mismo, porque son tres Personas en Uno, y por eso es Amor.

Conocerás a Dios cuando ames a Dios, en Dios Padre y en Dios Hijo y en Dios Espíritu Santo.

P. Jesús

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IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 43

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

43 Al hablar así de Dios, nuestro lenguaje se expresa ciertamente de modo humano, pero capta realmente a Dios mismo, sin poder, no obstante, expresarlo en su infinita simplicidad. Es preciso recordar, en efecto, que «entre el Creador y la criatura no se puede señalar una semejanza tal que la diferencia entre ellos no sea mayor todavía» (Cc. Letrán IV: DS 806), y que «nosotros no podemos captar de Dios lo que él es, sino solamente lo que no es y cómo los otros seres se sitúan con relación a él» (S. Tomás de A., s. gent. 1,30).

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

El hombre ve a Dios, comprende a Dios por su sentir, por lo que conoce y es, pero no es tanta la igualdad, aunque el hombre sea a semejanza de Dios, como para que el hombre comprenda cómo es auténticamente Dios.

El hombre ve a Dios con lo que conoce de si mismo, del hombre mismo. El hombre, cuanto más se conoce a sí mismo, más puede expresar cómo es Dios, porque Dios es a imagen y semejanza del hombre, pero Dios es Dios, y Jesús, que es Hombre, sigue siendo Dios.

El hombre habla de Dios con lo que su razón, de lo que es el hombre, le lleva a conocer a Dios, pero no es suficiente para describir a Dios porque no conoce aun las palabras para expresar lo que no conoce del todo, que es a Dios, y a Dios se le conoce totalmente al traspasar la muerte, porque allí, en lo espiritual, reside Dios; que por vivir el alma en la “cárcel” del cuerpo y en el plano terrenal, no tiene la visión global de Dios, de lo que es Dios, por eso no puede expresarlo, y esa falta de conocimiento es la fe, la fe que nos hace ver lo que no vemos y creer en el lenguaje espiritual de lo que no sabe expresar el hombre porque es hombre carnal.

P. Jesús

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IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 44-49

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

44 El hombre es por naturaleza y por vocación un ser religioso. Viniendo de Dios y yendo hacia Dios, el hombre no vive una vida plenamente humana si no vive libremente su vínculo con Dios. 
45 El hombre está hecho para vivir en comunión con Dios, en quien encuentra su dicha.»Cuando yo me adhiera a ti con todo mi ser, no habrá ya para mi penas ni pruebas, y viva, toda llena de ti, será plena» (S. Agustín, conf. 10,28,39). 
46 Cuando el hombre escucha el mensaje de las criaturas y la voz de su conciencia, entonces puede alcanzar a certeza de la existencia de Dios, causa y fin de todo. 
47 La Iglesia enseña que el Dios único y verdadero, nuestro Creador y Señor, puede ser conocido con certeza por sus obras, gracias a la luz natural de la razón humana (cf. Cc.Vaticano I: DS 3026). 
48 Nosotros podemos realmente nombrar a Dios partiendo de las múltiples perfecciones de las criaturas, semejanzas del Dios infinitamente perfecto, aunque nuestro lenguaje limitado no agote su misterio.

49 «Sin el Creador la criatura se diluye» (GS 36). He aquí por qué los creyentes saben que son impulsados por el amor de Cristo a llevar la luz del Dios vivo a los que no le conocen o le rechazan.

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

44 – El hombre busca a su Dios; tiene capacidad de buscar a Dios, necesidad de buscarlo.

45 – El hombre con Dios, son un todo en el hombre.

46 – Cuando el hombre, por revelación de la palabra de Dios trasmitida de generación en generación, la escucha y la hace suya, es un hombre completo.

47 – Feliz es el hombre que halla a Dios antes de morir, por la fe de creer lo que no ve.

48 – Cuando los que aman a Dios viven la Caridad, el hombre se perfecciona y, por su perfección, los otros hombres conocen a Dios que reside en el hombre amado de Dios por amarlo.

49 – Las tinieblas son muchas sin Dios; el hombre necesita del Creador porque es su criatura, salida de su Obra y puesta en el mundo, para hallarlo en el mundo y, uniéndose a Dios, ser luz para la oscuridad de los que no conocen ni aman a Dios.

P. Jesús

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