s. , 26 años , de USA. 9/29/2008 Querida Maria, |
Respuesta de: María Durán de Bellido. 10/13/2008 Alma bendita y especial para Dios, sé que posiblemente no necesites ya de mi consejo, porque la gracia de Dios te ha tocado el corazón. Yo, tu comentario, lo leí el mismo día que lo enviaste, pero no pude contestarte, aunque sí que recé por ti, y creo que Dios escuchó nuestras oraciones; las tuyas y las mías. Porque me parece a mí, que ya ha empezado un nuevo día para ti. Pero te contestaré por las personas que entren a leerte y tengan una experiencia muy parecida a la tuya, para que en las palabras encuentren el consuelo que necesitan. Alma sincera y tan amada por Dios; quiero hablarte, amiga mía, de la libertad de los demás y de las víctimas de sus decisiones. Tú eres, has sido esto: Víctima de una decisión libre y voluntaria de otra persona. Cuando uno ama, de la manera que tú amaste, con un amor auténtico y lícito ante los ojos de Dios, porque el amor romántico es del deseo de Dios para los que van a contraer matrimonio. Pero la otra persona, dejó de amarte, buscó sus intereses y abandonó el amor que decía tenerte, dejándote víctima de sus decisiones que libremente decidió y con voluntad llevó a cabo. Debes de comprender que como necesitaste tiempo para que del enamoramiento creciera al amor, ahora tiene que ser al contrario, de la decepción, del dolor, de la humillación; que es más humillación que rencor o rabia lo que tú padeces, oh alma santa, es también un proceso que necesita de tiempo y voluntad. Tú tienes voluntad y te apoyas en los sacramentos, pero a veces, y es lógico, la mente revisa los hechos, los sucesos, y vuelves a sentir el dolor de la humillación recibida, y eso, que tú crees que es rencor, es parte del proceso del olvido. Si no sintieras esa humillación, es que tu amor no era sincero, pero tú amor fue sincero y por eso, el proceso sigue su curso natural. Vívelo; como viviste el proceso anterior de hacer crecer el amor por esta persona, mediante tu voluntad de verla, de observarla y reconocer sus cualidades que te atraían de ella. Ahora es al revés, ahora ves sus defectos, su burla, y es bueno que los veas, porque son ciertos y hay siempre que aceptar la verdad de los hechos. Todo está bien. Estás olvidando el amor que sentiste por esa persona. Todo pasará y como digo, creo que en ti ya ha pasado. Felicidades, alma buena y bendita de Dios. No cansaste a la familia, ocurre que la familia sufría por ti que es algo distinto a que estuvieran cansados de ti. Eras tú que estabas cansada de hacerlos sufrir y para ti era inevitable por lo que estabas pasando, así que no podías hacer mucho más que lo que hacías, llorar, rezar, sufrir y ofrecérselo todo a Dios. Bendita tú, amiga mía, porque has sabido conocer el amor, has sabido aceptar tu desilusión y sientes ya en ti otra ilusión. Gracias por escribirme. Queda en paz.
Sección: Noviazgo |