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Consulta 6

R. , 44 años , de España. 7/30/2008

Soy madre soltera de una hija de 21 años de un hombre al que no queria,me fui con el porque otro que era mi novio se fue y no me dijo adios y yo me senti despechada,pero tras treinta años no dejo de pensar en el y he tenido noticias suyas,no se caso y es muy afamado.No puedo dejar de pensar en el y siento que nunca he podido olvidarlo ni dejar de quererle,al perderlo hice muchas tonterias,no me respetaba a mi misma,¿debo considerar este amor imposible como una cruz e intentar olvidarlo? Yo creo que si el me recordara hubiera intentado verme ¿No cree?Se que me quiso,pero ahora es un hombre importante y yo no soy nada especial.Mejor ponerlo en manos de Dios¿verdad? Su abandono me hizo mucho daño porque le queria con locura y tras tres años de relacion no me dio ninguna explicacion.Yo creo que jamas debo hacer por verle porque el pensaria que voy tras el ¿verdad? Solo me gustaria saber que guarda un buen recuerdo de mi.¿Piensa usted que todo esto es normal? Muchas gracias.

Respuesta de: María Durán de Bellido. 1/25/2009

Bendita alma llena de dudas y muchos sufrimientos en tu vida; bonita hija de Dios; ¿Qué tiene que ver el dinero con el amor? ¿Qué tiene que ver si el tiene más dinero que tú? El dinero es algo circunstancial en nuestras relaciones de personas, de almas.

Mi consejo es que si sientes algo por él, si tienes una hija con él, y hay posibilidades de formar una familia; que unida a Dios y teniendo a la Virgen María como fiel imagen a imitar, busques un encuentro con el padre de tu hija; pero no le hables de ella si no te lo pide, porque si que puede parecer que lo buscas por dinero; además, después de tantos años, es preferible que lo trates como a un desconocido para conocerlo porque las personas sí que cambian, y ojala este hombre hubiera cambiado porque lo que te hizo pasar no fue bueno. Soy de las personas de dar oportunidades y de enfrentarse a la vida; si ves que volver a relacionarte con él te puede hacer bien; si ves que hablar con él puede ser positivo, pues: ¡Adelante! Y con la alegría de la fe, de ser buena y de dejar que Dios haga su labor en vosotros; pero para ello, nos necesita.

Queda en paz.

 

Sección: Relaciones