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Consulta 7

J. , 35 años , de mexico. 7/16/2008

Hola, soy catolica,misionera, amo a Dios, tengo 20 años siriviendo a Dios, me encanta hacerlo. Y por esta razon he sufrido muchas cosas….hace un año me fui de mision a un pais, y ahi conoci a un muchacho d mi edad que los lideres de su comunidad le controlaban la vida, el se enamoró de mi, y queriamos conocernos pero los lideres nos prohibieron vernos y hablarnos, obedecimos y nos comunicabamos por cartas, despues la lider, una señora amargada,nos hizo sufrir mucho, le pidieron que ya no me hablara y a mi sin razon alguna me sacaron del grupo y tuve que venirme a mexico porque ya no me dejaron ir a la iglesia, y claro sufri mucho, y hasta hoy me estoy recuperando de esta experiencia pero necesito ayuda para poder sanar mas, a veces recuerdo ese momento y quisiera perdonar y olvidar y este muchacho ya no me habló y fue lo mas raro porque todo iba bien pero los lideres lo asustaron,siempre hubo respeto, y oracion, y necesito ayuda para ya no pensar mas en esto, a veces sufro aun.Ya no se nada de el y ya no me interesa. oro por un buen esposo.

Respuesta de: María Durán de Bellido. 10/6/2008

Alma sangrante; preciosa mujer y gran alma de oración y obras de fe en Dios. Aceptación; esta es la palabra para ti, para que medites, para que hagas oración con ella. Y te añadiré otra más: Perdón.

La libertad de las personas es un don que Dios les ha concedido y no puedes, ni tan solo por una ráfaga de pensamiento, intentar quitarle a nadie ésta condición.

Hay personas que dan su libertad a las normas de un grupo, que puede ser católico. Hay que aceptarlo. Ese muchacho ha hecho esto, dar su libertad en manos de otros, y estos deciden. Pero él es libre; él, libremente les cede su libertad; entonces lo que los otros le piden es lo que él acepta hacer.

Tú no lo harías, dar tu libertad a otros; ni tienes porque hacerlo.

Hay personas que sí que lo hacen; y debes aceptarlo, reconocerlo, y adjudicarte la sentencia de que este muchacho prefirió continuar con su libertad dada a otros.

No hubieras sido feliz con él.

¿Por qué?

Porque no creo que sea el hombre indicado para ti, tú necesitas a un hombre que no haya dado su libertad a otros, sino que la tenga consigo mismo. Dios te concederá hallar esta persona y entre los dos haréis un mundo.

No sufras por el tiempo o por la edad; no sufras por nada; sólo reza y espera. Reza y espera. Este es tu lema: Rezar y esperar.

Confía en Dios, porque Dios sabe lo que hace.

Y no tengas rencor con esta mujer; que es la que le decía, lo que ella y otros-as, decidían por él; porque realmente, él, libremente, les cedió su libertad, y puede hacerlo, porque su libertad es suya, como la tuya es tuya y debes saberlo; saber que no tienes que sentir rencor por nadie ni con nadie, porque sólo hay un Dios y este es Jesús. ¿Crees que si Dios hubiera estado interesado en vuestro amor y unión hubiera permitido este desenlace? No. Si piensas que sí; conoces muy poco a Dios. Entonces si piensas que Dios permitió lo mejor, no estés enfadada con ésta mujer, sino que agradécele que no permitiera lo que Dios no permitía; porque ya sabes que de haberlo permitido Dios ni esta señora ni él mismo, ni nadie, podría impedirlo.

Esta fe, esta fe. ¿Qué pasa con ella? Parece que brilla por su ausencia.

Otra cosa es que tú quisieras que fuera ya él el hombre de tu vida, porque estás cansada de esperar y esperar, pero ¿Sería justo que tu libertad de querer ser amada por él, mandara? ¿Quieres ser como la mujer esa? ¿Cómo la llamabas? Eso… “Una señora amargada”. Tú no quieras acabar igual que ella y mandar en él. Él tiene, debe, es libre. ¿Comprendes? Sí; sé que lo comprendes. Te quiero mucho, amiga mía.

Queda en paz.

 

Sección: Relaciones