H. , 19 años , de Francia. 10/6/2009 Sigo luchando para ser santo, pero me caigo una y otra vez y por ello muchas veces vivo triste y con congoja. Me cuesta tener un corazón puro, tengo muchas tentaciones contra la pureza, a veces me he puesto en situación de hacer pecar contra la pureza a otras personas y siempre que me he confesado de ello me acusado diciéndolo así, pero el otro día me vino la duda de si en confesión debo decir a quien he puesto en situación de pecar ¿Tengo que decir por ejemplo «he puesto en situación de pecar contra la pureza a chicas que tienen novio, chicas casadas o chicas que tienen el voto de ser sólo de Dios»? A veces me ha venido la tentación con mi madre, es guapísima y la quiero como madre, pero me asusta haber tenido la mala tentación que no sé si es que es exceso de imaginación y el demonio que hace de las suyas, pues mi madre es muy seria y formal, ella ni sabe lo que me pasa pero no me atrevo a contárselo. |
Respuesta de: María Durán de Bellido. 10/14/2009 Alma bendita; ni debes contárselo a tu madre, Nada de decir nada a tu madre, y en cuanto al sacerdote, piensa que también es una persona. Si no te pide que le des detalles, mejor te los guardas para ti. Digo: mejor los olvidas tú también. Tu santidad es la alegría de los Ángeles, que van a darle a Dios la buena nueva de que resistes, de que si caes te levantas, de que si luchas a veces pierdes pero muchas ganas. ¡Que contento está el Cielo contigo, hijo mío! Con esta lucha que tienes y que irás ganando cada vez más batallas. ¡Ánimo campeón! Así se hacen los santos, humillados por sus concupiscencias que han salido a la luz por la mala tentación de Satanás, que quiere doblegarte, que quiere arrinconarte y dejarte KO. Comprendo que vivas triste porque tus derrotas te duelen, pero esa tristeza tuya es causa de alegría en el Cielo, porque ven tu lucha y tu necesidad de afecto. Sigue así que Dios y Santa María velan por ti. Y despacio, verás como todo lo superaras. Son pruebas, porque la vida va de pruebas. Duras pruebas son las tuyas, pero ganará tu amor, el amor con que amas a Dios, y no es porque no tendrás que luchar más, un día, NOOO, sino que es porque vas al confesionario y recibes la absolución de tus pecados. Los santos se hacen en los confesonarios, allí, humildes, pidiendo perdón a Dios. ¡Ánimo que la santidad va de humildad! Queda en paz.
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