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Bendita Tú, María

 

Bendita Tú, María

El alma más pura,

el corazón más inocente,

la humildad más grande,

la fe más inmensa;

todo ello pertenece

a la Criatura excelsa,

a la Reina de Cielos y Tierra.

 

El alma más bella;

el corazón más bondadoso,

la alegría más grande,

la ternura más inmensa;

todo ello pertenece

a la Virgen inmaculada

a María, la Madre Santa.

 

Ella, tesoro preciado de Dios,

Ella, instrumento del Señor,

gracias a su fe y templanza,

gracias a su bondad y pureza,

venció a Satanás.

 

Tuvo a Dios en sus entrañas,

demostró el significado de la humildad,

rechazó toda maldad,

y vivió siempre en plena santidad.

 

El alma sin mancha,

el corazón más ardiente de Amor,

la belleza más perfecta,

la sonrisa más tierna;

todo ello te pertenece,

 Madre querida, amiga mía.

 

María, María;

mamá, mamá;

te quiero, te quiero.

 

Los Ángeles se rinden ante ti,

las naciones veneran tu nombre,

los hombres te bendicen;

y Dios te corona Reina de Cielos y Tierra.

 

Bendita Tú, mamá,

el Todopoderoso te bendiga toda la eternidad.

Gracias a Ti tenemos la Salvación,

pues Dios hecho hombre en Ti se encarnó.

 

Bendita Tú, María,

por cumplir con lo que Dios te pedía.

Bendita Tú, María,

por guardarte siempre limpia del pecado.

Bendita Tú, mamá,

por amarnos tanto, cada día.

 

Bendita seas hoy y siempre, María.

¡Bendita seas por toda la humanidad!

Bendita seas, Reina querida.

Salve, Salve, María.

 

Alba Bellido Durán
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