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Humanidad divina

 

Humanidad divina

De Lo Alto bajó,
en un Seno se engendró.
Un Dios se humanizó
sin perder su esencia,
divinidad y grandeza.

Del Cielo a la Tierra,
del poder al servicio.
De la gloria a la humillación,
pasaste Jesús, Dios.

Te hiciste hombre,
bebé, infante
María te concibió
por el Espíritu que Dios envió.

En sus Entrañas naciste,
crecer debiste.
A hablar aprendiste,
que andar tuviste.

Siendo Tú, Jesús, Dios,
fuiste hombre visible,
divino y humano,
Dios y esclavo.

Nuestra condición asumiste,
nuestro aire respiraste.
Cuerpo tuviste,
y desde la Tierra,
el Cielo admiraste.

Siendo Dios,
hombre te hiciste,
nuestras necesidades, conociste,
nuestras miserias, viviste.
Ser nuestro Salvador, quisiste.

Jesús,
por misericordia,
fue tu humanidad.
Humano te hiciste,
sin perder tu divinidad.

Jesús,
por nosotros,
fue tu muerte y descenso,
¡por tu gran amor!,
esta fue tu voluntad.

Jesús amado
eres Hermano,
eres Amigo,
eres Cristo…
pero sin duda, ¡eres Dios!

Alba Bellido Durán
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