Saltar al contenido

Te admiro

 

Te admiro

Amado, amado,

mi querido Jesús,

Hijo del Padre.

Te amo, te amo

te glorifico y TE ADMIRO.

 

No te lo había dicho antes,

pero ahora lo clamo,

TE ADMIRO.

 

Tus hazañas no tienen fin,

hasta el más insignificante detalle

de tu forma de ser, es admirable.

Tu humildad, tu bondad,

tu perfección y tu valentía.

 

Tú solo, apoyándote en tu Padre Dios,

luchaste contra el mal, venciste las tentaciones,

redimiste los pecados de toda la humanidad,

entregaste tu vida por mí, y no sólo por mí,

sino por cada alma indefensa.

 

Cada gota de sangre que derramaste, lo hiciste por Amor,

aceptaste el deseo de Dios y, luchaste por mí, por mí,

aún siendo yo pecadora y torpe.

 

Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad,

hombre perfecto, Rey del Universo, Dios mismo,

y, moriste por mí.

No me lo merezco pero en verdad te lo agradezco.

 

Eres Grande, ¡Eres genial! No cabe duda,

ERES ADMIRABLE.

Eres el Héroe del mundo.

Por eso, por todo esto, te amo, te amo con todo mi ser,

y te proclamo Rey de mi corazón.

Acéptalo, querido y admirable Cristo.

 

Alba Bellido Durán
© copyright