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MISCELÁNEA ESTIVAL

MISCELÁNEA ESTIVAL

Te presento esta miscelánea estival, recogiendo algunas verdades —bondades y maldades— que son como reflexiones para días de vacaciones u otras ocasiones.

La Iglesia sufre porque el diablo está feliz y contento de que ni se le nombre en ningún momento.

El demonio es experto horticultor, dándose muy buena maña en sembrar mucha cizaña, sembrador de mal y males, y grandes berenjenales.

Nos debemos apiadar de quien no se quiere arrodillar en el momento de consagrar.

No te arrodillas ante Dios porque estás desorientado; pide a los santos Reyes que te “Orienten”, ellos que siendo reyes, se postraron ante el Niño-Dios.

La socioliturgia es pura y dura sucioliturgia. Menos platicar y más sermonear, que un buen sermón es buena evangelización.

Predicador sin predicamento, obvia todo Mandamiento. Así como la presencia policial, sin camuflaje, aumenta la seguridad, la presencia clerical sin camuflaje, aumenta el afán de santidad.

Los jóvenes “vegetan” apartados de la fe porque no encuentran ejemplos vivos de fe en los “alcornoques” menos jóvenes. Vayámonos a los hechos reales y dejémonos de “experiencias pastorales”.

El pecado original convirtió en erial el Paraíso, porque Adán quiso, con su “yo me lo como, yo me lo guiso”.

No seamos “avestruces”, pidamos a Dios más luces, y abracemos nuestras cruces.

Tu fe va en decadencia por falta de penitencia. La salud espiritual y la Confesión cantan la misma canción.

¡Atención, Confesión, siempre es buen momento para este sacramento! Dices no creer en Dios; como broma, no está mal del todo, pero te lo diré de otro modo: hay que ser surrealista y bastante corto de vista para dudar de la existencia del único Gran Artista.

Si quieres la santidad debes ir haciéndote a la realidad, buscando la humildad. Coherencia y responsabilidad, fruto son de la humildad.

El sexo se vive entre hombre y mujer, y dentro del matrimonio; lo demás es pecado, por si estás mal aconsejado.

En el corazón radica el secreto de la felicidad, se llena de Dios o de vanidad.

Viva el buen relativismo en la vida de uno mismo, obviando lo accidental y no lo fundamental.

¿Quieres evangelizar? ¡Lleva gente a bautizar!

Para hacer bien a la gente, hay que ir contra corriente. El buenismo es tan opuesto al cristianismo, como la maldad lo es a la bondad.

La Iglesia católica (universal, ecuménica, global) es única, fenomenal, sobrenatural; es el único camino porque su origen es divino.

¡Oye, creyente, en el Sagrario está Dios presente! Fue un error extraordinario, arrinconar el Sagrario.

Practica una piedad “saludable”; siguiendo el más saludable itinerario, saluda a Jesús en el Sagrario, cuando entres en la Iglesia; después saluda a su Madre santísima, que es también madre tuya, y no armes tanta bulla mientras esperas a que salga el sacerdote revestido con la casulla; estás en la Casa de Dios, y no en el mercado o en un lugar de encuentro con las personas vecinas, que podrás encontrarlas en otro momento en las esquinas.

Un feto es una maravilla, es Amor de Dios que brilla; tras ese nombre tan feo, hay un alma creada, al Cielo destinada, con su belleza divina y su dignidad humana.

Sin caridad no hay verdadera paternidad, sólo la opción de la procreación.

La paternidad responsable bien entendida, está poco extendida, y lo que llamamos “paternidad responsable”, es manifiestamente mejorable porque la paternidad mejor, sólo es fruto del amor a Dios, ya que cada hijo hace las delicias del Señor.

QUÉ TE PARECE:

Una ventaja del aumento de visitantes foráneos en verano, es que algunas iglesias permanecen abiertas más horas al día, aunque sea “por su interés artístico y su valor patrimonial”. Qué pena que no sea por su interés espiritual, y que su valor “Patrimonial” no sea el de honrar a nuestro Padre Dios, y que no haya sacerdotes para catequizar a los turistas, y o administrar la gracia sacramental, que es el gran soporte vital del alma.