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No te quejes

No te quejes

El quejarse es una pérdida de tiempo. Si algo no te gusta; invierte tiempo en solucionarlo y no lo malgastes quejándote.

Si algo no te gusta acéptalo o cámbialo. Si no puedes cambiarlo tendrás que aguantarte, y mientras tanto rezar para que Dios lo cambie.

No abras la boca para renegar, blasfemar o maldecir de cualquier cosa que te desagrade, ya sea el clima, la hora… cuida tu vocabulario, porque Dios te juzgará por tus palabras dichas, sí, también por las ociosas.

Acostúmbrate a agradecer a Dios que no te haya pasado algo peor, y valora lo positivo que conlleva esa desgracia.

Si llueve, no te quejes de que llueva, di: » ¡Qué bien!, llueve y no hace demasiado calor», si estás triste, piensa: «no estoy muerto, mientras hay vida hay esperanza», si estás cansado de trabajar; agradece el tener dos manos y trabajo.
Cuéntale a Dios tus tristezas para que te consuele, pon en manos de la Virgen María tus preocupaciones. Pero no malgastes el tiempo quejándote con los demás o de los demás, ellos no son Dios; sólo pueden escucharte, y aún así no tienen porqué entenderte, además; a lo mejor les entristeces con tus quejas.

Vive con la alegría del Cristiano, Jesús resucitó, así que Él puede solucionar tus problemas.

No te quejes, acostúmbrate a agradecer en vez de quejarte.

Todas las desgracias que vivas, pueden aportarte algo bueno a tu crecimiento personal. Realmente no hay mal que por bien no venga, pero como vives el presente, desconociendo el futuro; puedes ser presa fácil del pesimismo. No permitas que la vida te hunda, si te hundes nadie podrá sacarte de allí. Confía en Dios, ten fe. Cree que realmente saldrás de la «mala racha» que estás pasando, reza y pon también de tu parte, para que pueda actuar la Divina Providencia. Porque si te quejas pero te quedas de brazos cruzados le estás atando las manos a Dios. ¿Cómo va a pintar un artista sin la tela, la pintura y los pinceles?

Cuando te suceda algo que no te guste piensa «¿Por qué me pasa esto?» «¿Qué puedo aprender de esto que me pasa?» «¿Cómo puedo cambiar mi situación?» Siempre hay una solución, aunque se tarde un tiempo en conseguirla, pero siempre la hay. Muchas veces, si pensaras en la solución en vez de perder el tiempo desgastándote en el lamento; tu vida sería mejor.

Busca una solución y reza.

Montserrat Bellido Durán

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