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SE ACABÓ LA PASCUA

SE ACABÓ LA PASCUA

Ya lo ves, pasó Pentecostés; pasó un tiempo extraordinario y, siguiendo el calendario, llegó el tiempo ordinario, de sufrimiento diario, de alegría en el calvario.

Coger la cruz diariamente, no equivale a vivir “a cara de perro”, al contrario, porque sufrir en esta vida, es de lo más natural y ecológico. Tenemos que aprender que lo habitual no es el placer, es sólo un premio al cumplimiento del deber.

Jesús, Dios, sufrió. María también sufrió; y tú, ¿crees que te vas a librar, por listo, rico o guapo?

Sufrir con Jesús y María, es sufrir con alegría, es la manera mejor, de aceptar el dolor. No vivas el tiempo ordinario, con ordinariez, vive con la elegancia espiritual de un hijo de Dios.

Hay quien hace de la Pascua un eufemismo, para quitar la Cruz del cristianismo, y así vivir acomodados, instalados, como “monas de pascua”, afectados por el virus de la anemia espiritual. No hablan de Misa (Sacrificio), sólo de Eucaristía (Caridad y alegría); y es de manual, que “una Eucaristía”, no es una Misa. Tienen la manga ancha, y no quieren entrar por la puerta estrecha, que lleva a la Vida. No seas acomplejado, no dejes la fe de lado. Piensa que el triunfo de la Resurrección, vino después de la muerte, y que, te guste o no, vas a morir. Después de morir hay juicio, ¿infierno?, ¿purgatorio?, ¿gloria?

¿Por qué no se predican estas verdades de fe, así como tampoco se habla de pecado, de Mandamientos, de Confesión, y de Satanás?

¡Ah! claro, son verdades que “no venden”, no ayudan a llenar el templo; pero están vendiendo su alma al diablo y se está llenando el infierno.

QUÉ TE PARECE si meditas esta idea: “Haz aquello que quisieras, haber hecho cuando mueras.”