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Catecismo meditado - 5. página

IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 41

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios? 

41 Todas las criaturas poseen una cierta semejanza con Dios, muy especialmente el hombre creado a imagen y semejanza de Dios. Las múltiples perfecciones de las criaturas (su verdad, su bondad, su belleza) reflejan, por tanto, la perfección infinita de Dios. Por ello, podemos nombrar a Dios a partir de las perfecciones de sus criaturas, «pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor» (Sb 13,5).

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios? 

Contemplar a Dios al observar a las personas, que son a su imagen y semejanza, a imagen y semejanza de Dios, eso nos acerca a Dios, porque Dios no quiere que el hombre esté solo, sino que siendo muchos, sirviéndonos unos a otros, gocemos del amor de Dios que, viviendo en nosotros, por vivir nosotros en gracia de Dios, nos demos uno a otro a Dios en las obras de nuestras manos, en las palabras de nuestro corazón, en los hechos de nuestra vocación.

Dios está en todo: todo refleja la obra de sus manos, como todo lo que hacemos lleva nuestro sello: “Hecho por nosotros”. A veces leemos un escrito y por su sóla redacción podemos saber quien es el autor, y aunque las palabras son las mismas para todos, la combinación que se usa de ellas para darnos sus ideas, eso es distinto en muchos, sobre todo en personas que se forman continuamente por la práctica de todas sus facultades.

Vernos unos a otros es conocer a Dios que nos creó a todos. Y como Dios es bueno y sabio, lo bueno y sabio de nosotros es lo que sale de Dios por ser semejantes a Él.

P. Jesús

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IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 42

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios? 

42 Dios transciende toda criatura. Es preciso, pues, purificar sin cesar nuestro lenguaje de todo lo que tiene de limitado, de expresión por medio de imágenes, de imperfecto, para no confundir al Dios «inefable, incomprensible, invisible, inalcanzable» (Anáfora de la Liturgia de San Juan Crisóstomo) con nuestras representaciones humanas. Nuestras palabras humanas quedan siempre más acá del Misterio de Dios.

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

Dios no se puede explicar en toda su Verdad, Belleza y Misericordia, porque el Amor no se explica; se conoce, se vive, se siente y se comparte. Cuando el hombre ame a Dios, empezará a conocerlo porque la misma esencia del amor lo reconocerá.

Muchos han amado y a veces más o que otras, pues amar a Dios es amar con todo el amor. ¿Verdad que hay felicidad en amar y ser correspondido? Pues eso es Dios: Se ama y se corresponde así mismo, porque son tres Personas en Uno, y por eso es Amor.

Conocerás a Dios cuando ames a Dios, en Dios Padre y en Dios Hijo y en Dios Espíritu Santo.

P. Jesús

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IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 43

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

43 Al hablar así de Dios, nuestro lenguaje se expresa ciertamente de modo humano, pero capta realmente a Dios mismo, sin poder, no obstante, expresarlo en su infinita simplicidad. Es preciso recordar, en efecto, que «entre el Creador y la criatura no se puede señalar una semejanza tal que la diferencia entre ellos no sea mayor todavía» (Cc. Letrán IV: DS 806), y que «nosotros no podemos captar de Dios lo que él es, sino solamente lo que no es y cómo los otros seres se sitúan con relación a él» (S. Tomás de A., s. gent. 1,30).

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

El hombre ve a Dios, comprende a Dios por su sentir, por lo que conoce y es, pero no es tanta la igualdad, aunque el hombre sea a semejanza de Dios, como para que el hombre comprenda cómo es auténticamente Dios.

El hombre ve a Dios con lo que conoce de si mismo, del hombre mismo. El hombre, cuanto más se conoce a sí mismo, más puede expresar cómo es Dios, porque Dios es a imagen y semejanza del hombre, pero Dios es Dios, y Jesús, que es Hombre, sigue siendo Dios.

El hombre habla de Dios con lo que su razón, de lo que es el hombre, le lleva a conocer a Dios, pero no es suficiente para describir a Dios porque no conoce aun las palabras para expresar lo que no conoce del todo, que es a Dios, y a Dios se le conoce totalmente al traspasar la muerte, porque allí, en lo espiritual, reside Dios; que por vivir el alma en la “cárcel” del cuerpo y en el plano terrenal, no tiene la visión global de Dios, de lo que es Dios, por eso no puede expresarlo, y esa falta de conocimiento es la fe, la fe que nos hace ver lo que no vemos y creer en el lenguaje espiritual de lo que no sabe expresar el hombre porque es hombre carnal.

P. Jesús

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IV. ¿Cómo hablar de Dios? – 44-49

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES «CAPAZ» DE DIOS

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

44 El hombre es por naturaleza y por vocación un ser religioso. Viniendo de Dios y yendo hacia Dios, el hombre no vive una vida plenamente humana si no vive libremente su vínculo con Dios. 
45 El hombre está hecho para vivir en comunión con Dios, en quien encuentra su dicha.»Cuando yo me adhiera a ti con todo mi ser, no habrá ya para mi penas ni pruebas, y viva, toda llena de ti, será plena» (S. Agustín, conf. 10,28,39). 
46 Cuando el hombre escucha el mensaje de las criaturas y la voz de su conciencia, entonces puede alcanzar a certeza de la existencia de Dios, causa y fin de todo. 
47 La Iglesia enseña que el Dios único y verdadero, nuestro Creador y Señor, puede ser conocido con certeza por sus obras, gracias a la luz natural de la razón humana (cf. Cc.Vaticano I: DS 3026). 
48 Nosotros podemos realmente nombrar a Dios partiendo de las múltiples perfecciones de las criaturas, semejanzas del Dios infinitamente perfecto, aunque nuestro lenguaje limitado no agote su misterio.

49 «Sin el Creador la criatura se diluye» (GS 36). He aquí por qué los creyentes saben que son impulsados por el amor de Cristo a llevar la luz del Dios vivo a los que no le conocen o le rechazan.

Meditación:

IV. ¿Cómo hablar de Dios?

44 – El hombre busca a su Dios; tiene capacidad de buscar a Dios, necesidad de buscarlo.

45 – El hombre con Dios, son un todo en el hombre.

46 – Cuando el hombre, por revelación de la palabra de Dios trasmitida de generación en generación, la escucha y la hace suya, es un hombre completo.

47 – Feliz es el hombre que halla a Dios antes de morir, por la fe de creer lo que no ve.

48 – Cuando los que aman a Dios viven la Caridad, el hombre se perfecciona y, por su perfección, los otros hombres conocen a Dios que reside en el hombre amado de Dios por amarlo.

49 – Las tinieblas son muchas sin Dios; el hombre necesita del Creador porque es su criatura, salida de su Obra y puesta en el mundo, para hallarlo en el mundo y, uniéndose a Dios, ser luz para la oscuridad de los que no conocen ni aman a Dios.

P. Jesús

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I. La revelación de Dios – 50

 PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
– PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
– 
CAPITULO SEGUNDO, DIOS AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS

50 Mediante la razón natural, el hombre puede conocer a Dios con certeza a partir de sus obras. Pero existe otro orden de conocimiento que el hombre no puede de ningún modo alcanzar por sus propias fuerzas, el de la Revelación divina (cf. Cc. Vaticano I: DS 3015). Por una decisión enteramente libre, Dios se revela y se da al hombre. Lo hace revelando su misterio, su designio benevolente que estableció desde la eternidad en Cristo en favor de todos los hombres. Revela plenamente su designio enviando a su Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo, y al Espíritu Santo.

Meditación:

Artículo 1 LA REVELACIÓN DE DIOS

La razón natural, en un mundo desnaturalizado, no se da tan a menudo como tendría que ser normal y, aunque el hombre puede por su esencia natural de ser hombre, y hombre a la imagen de Dios, llegar por la razón natural al conocimiento de Dios, pocos lo consiguen; por eso Dios se revela al hombre y le cuenta y le dice de sus planes: Cristo.

El mundo es mundo, y el hombre es hombre, porque Dios quiso amar al hombre y hacerse Hombre y, siendo hombre, señalar, marcar la alianza divina con los hombres. ¿Por qué? Porque Dios ama al hombre y, todo lo de Dios, va de amor al hombre por Amor a Si mismo, que se hizo Hombre siendo Dios, Uno y Trino.

P. Jesús

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