Saltar al contenido

Mística - 7. página

Héroes

 

Héroes 

 

El mundo estaba perdido,

el hombre por la muerte atado,

de los vicios encadenado,

debido al pecado.

 

La esperanza regresó,

la unión con Dios volvió,

vino la salvación

gracias a los Héroes de Dios.

 

Con sangre y dolor se ganó la batalla,

con obediencia y amor se libró la hazaña.

Nació de una Virgen Inmaculada,

la Salvación tan esperada.

 

Todo empezó al dar tu sí, María,

todo terminó, al morir tú, Jesús, con agonía.

 

Ganasteis con vuestro sacrificio,

ganasteis con vuestra humildad.

Luchasteis por la humanidad,

luchasteis por la Divina Trinidad.

 

Héroes sois,

de la muerte nos salvasteis.

Héroes sois,

la eternidad nos regalasteis.

 

Jesús y María,

Dios hecho hombre, y la joven judía

son nuestros campeones,

¡son nuestros salvadores!

 

Por todos nosotros, luchasteis

sin merecerlo vosotros, padecisteis

aún sabiendo, que tales sufrimientos

despreciados serían por muchos.

 

Sois Héroes victoriosos,

ejemplos de bondad,

de amor y caridad.

 

Vuestra valentía es de admirar,

vuestra Fe, de elogiar,

vuestro amor se ha de proclamar.

 

Gracias, Jesús, gracias, María,

os admiro, ¡os quiero!,

sois mi alegría,

¡sois mis Héroes!

 

Alba Bellido Durán
© copyright

 

En tu amor

 

En tu amor 

 

No hay mayor dicha,

no hay mayor regalo

que sentirse amado

por Ti, mi Dios adorado.

 

Tu amor no es limitado,

tu amor es desinteresado.

Tu amor no es humano

tu amor ¡es extraordinario!

 

Tu amor es fuego,

potencia que arde dentro del alma.

Tu amor es consuelo,

y da paz a mi ánima.

 

Es más que una sensación,

es una percepción.

Tu amor, mi alma embelesa

y me enamora de tu grandeza.

 

En tu amor me siento,

entre pétalos de suaves rosas,

perfumada con sus fragancias olorosas,

cubierta de estrellas luminosas,

abrazada en tu calor.

 

En tu amor

mi alma se siente protegida,

dentro de tu corazón fundida,

a Ti, ¡verdaderamente unida!

 

En tu amor

me invade la dicha,

se me escapa la sonrisa,

me lleno de esperanza,

me lleno de confianza.

 

Tu amor

abraza mi corazón,

lo acaricia y llena de ilusión.

 

Tu amor

¡da sentido a mi vida!

En tu amor

me siento la más dichosa y querida.

 

No hay mayor alegría,

no hay mayor sensación,

que estar sumergido en tu amor…

 

Qué felicidad

pensar que en la eternidad,

estaremos para siempre

en tu Amor, realmente.

 

Alba Bellido Durán
© copyright

 

Bendita libertad

 

Bendita libertad 

 

Libres somos todos,

de elegir el bien o mal.

Libres somos,

de decidir cómo actuar.

 

Nadie nos obliga,

Nadie nos esclaviza,

a proceder con bondad,

o a proceder con maldad.

 

Obvio es,

 todo tiene consecuencias.

Obvio es

si pinchas sangra.

 

Bendita libertad,

que Dios nos da.

Bendita libertad

de amar u odiar.

 

Libres de decidir,

libres de pensar.

Gracias a Ti Jesús,

que nos pagaste la libertad.

 

Cierto es,

existen las leyes divinas.

Cierto es,

Tú, alma, te vas a morir algún día.

 

Bendita libertad,

Con la que decidir bien obrar.

¡Bendita libertad del Amor!

que desea libre elección.

 

Solamente el pecado esclaviza,

solamente los vicios te atan.

El Amor de Dios da alas,

y libera tu alma.

 

¡Oh, Dios!

En plena libertad,

Decido amarte.

 

¡Oh, Dios!

En plena libertad

Decido adorarte

 

Alba Bellido Durán
© copyright

 

Regresa

 

Regresa 

 

¿Porque te has ido…?

 

Dejaste tu fe en el olvido,

rechazaste a la Iglesia.

Negaste la doctrina Católica,

no quisiste saber nada de ella.

 

Preferiste seguir otras ideas,

elegiste otros caminos;

parecían más prometedores,

parecían más complacientes.

 

Pero regresa, regresa…

 

Sí, te alejaste de tu fe,

Poco a poco…

A misa dejaste de asistir,

la Eucaristía de recibir.

 

Pensaste otra dirección seguir,

a escondidas de Dios vivir.

Creíste ingenuamente,

que así sería más feliz,

 

Pero regresa, regresa…

 

Debido a tu tibieza,

Caíste en las trampas de Satanás.

¡Rechazaste a Dios sin más!

 

¡Pero regresa, regresa!

¿no ves que no eres feliz?

 

Recuerda el bautismo,

que recibiste de niño.

Deja que te diga,

¡qué sigues siendo de Dios hijo!

 

Regresa, regresa.

 

¡No te engañes!

El Amor del Señor necesitas.

¡No lo niegues!

Él te dará lo que buscas.

 

Alma, vuelve,

vuelve a vivir la fe.

Regresa a la Iglesia,

dónde Dios y tú felicidad te espera.

 

Alba Bellido Durán
© copyright

 

Gracias María

 

Gracias María

 

Muchas veces me has levantado,

muchas veces me has abrazado.

He notado como me has cuidado,

he notado como me has alegrado.

 

Dulce y atentamente,

cariñosa y amablemente;

mi corazón desconsolado

Tú has reparado.

 

Aún en silencio,

si yo saberlo,

Tú, Mamá María

sé me has amparado.

 

Con tu perfume de rosas

me has rociado.

Dentro de tu Corazón Sagrado,

me has resguardado.

 

Mi alma

has confortado.

Con tus caricias

me has consolado.

 

Sí, Mamá,

sé que siempre estás a mi lado.

Sí, Mamá,

sé que me amas sin reparo.

 

Mamá María,

Virgen querida,

Gracias por amarme,

Gracias por cuidarme.

 

Dios nos bendijo,

Dándotenos como madre;

Tú con agrado,

cumples el encargo.

 

Lástima que algunos

Te tengan en el olvido.

Siento que desprecien,

tus maternales cuidados.

 

Yo, Mamá María,

deseo agradecerte

tu bella compañía.

Te agradezco inmensamente

 todos los sacrificios

que haces por tus hijos.

 

Gracias Mamá.

¡Ahora deja que yo te abrace!

y seques tus lágrimas.

 

¡Gracias María!

Ahora deja que yo te consuele,

Y… ¡regálame una sonrisa!

 

Alba Bellido Durán
© copyright