Saltar al contenido

Amada Iglesia

 

Amada Iglesia

Eres más que una institución,

con una antigua religión.

No eres mera tradición,

o fruto de una invención.

 

Verdadera y única,

apostólica y católica.

Universal y romana,

eres mi Iglesia amada.

 

¡Eres la Iglesia verdadera!

madre de todos los bautizados.

Eres de Dios, Alianza nueva,

y la unión de todos los pueblos.

 

Te expandiste por la evangelización,

por fe de los apóstoles y devoción,

y ahora, Iglesia, eres convocación

a unirse a Cristo, toda nación.

 

Por el Papa estás guiada,

por los ángeles, resguardada;

por los fieles, propagada,

¡por Jesús, liderada!

 

Unida a ti estamos

todos los católicos

que a Jesucristo seguimos,

y sus leyes cumplimos.

 

Formada estás,

por todos nosotros,

sacerdotes, obispos,

laicos y religiosos.

 

Tú nos das amparo,

tú nos das resguardo.

Nos enseñas y amas,

¡a Dios nos regalas!

 

En ti, hallamos la Verdad,

en ti, obtenemos la felicidad.

¡Tú nos das la redención!

y los medios para la salvación.

 

Amada Iglesia,

el diablo no ha podido destruirte,

aunque se afana por desunirte;

disfrazado, te acecha,

y busca filtrarse por alguna brecha.

 

Pero a ti, Iglesia amada,

Cristo te santifica,

y aunque algunos te han fallado,

otros negado, o de ti, separado,

 

sigues siendo Santa y verdadera,

Esposa de Dios y Madre nuestra.

Sigues siendo invencible,

y para siempre, ¡indestructible!

 

Iglesia amada,

de ti, yo formo parte,

y debo, deseo, representarte.

 

Alba Bellido Durán
© copyright