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Siempre adelante con la fe - 6. página

«Las palabras son gratis»

«Las palabras son gratis»

En un mismo día, por esas coincidencias de la vida, de dos personas distintas escuché la misma frase «las palabras son gratis»… la originalidad de tal afirmación hizo eco en mi interior y estuve pensando en ello, ¿realmente son gratis las palabras?

Uno puede decir lo que le dé la gana, por ser libre, pero SIEMPRE paga por sus palabras, de manera que, a la hora de la verdad hay que tener conciencia de que las palabras tienen su precio. Cuando se dice algo nace una consecuencia de ello. Tus palabras afectan a los demás y las de los demás te afectan a ti.

Es necesario cuidar lo que se dice y los temas de los que se habla, disfrutar de una buena conversación y vivir la caridad demostrada en el hablar.

Sí, hay a quien le sobran las palabras y pierde el tiempo malgastando saliva, en vez de callar y hacer algo de provecho. Pero también hay quien está a tu lado en el momento en que necesitas esa palabra de aliento, y una vez te ha consolado; se pone de nuevo a trabajar en silencio para hacer un mundo mejor.

Ama el silencio por lo bueno que te proporciona, y que es el diálogo con Dios y la Virgen María… o el diálogo con tu conciencia… ¡Oh! Si muchos conocieran y valoraran el poder de las palabras, serían mejores a la hora de hablar.

Montserrat Bellido Durán

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Apartado para servir a Dios

Apartado para servir a Dios

Santo, en hebreo y griego, significa separar, poner aparte o apartar. De manera que, para ser santo hay que apartarse del pecado y vivir pensando sólo en Dios, así se alcanza la santidad…

Sabiendo esto, es fácil comprender que los santos tantas veces se encuentren solos ante la vida, completamente solos de la mano de Dios.

Amar a Dios con toda el alma, tanto… que tu corazón sólo sea para Él. Éste debe ser tu objetivo, es la clave de la felicidad terrena y eterna.

Déjate amar por Dios y ámale.

No le temas a la vida, vívela teniendo a Dios como rey de tu corazón y deja que te guíe la Divina Providencia.

Ama a Dios y sírvele con las obras de tu fe.

Montserrat Bellido Durán

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Empieza de nuevo

Empieza de nuevo

Vamos, Dios te quiere santo, así que ya puedes levantarte y empezar de nuevo.

Jesús murió por ti, ya tienes abiertas las puertas del Cielo, ahora te toca entrar.

Prepárate, ha llegado el momento de empezar de nuevo, no te rindas. Sigue.

Todo lo puedes con Cristo que te fortalece. Ten fe, dile sí a Dios y sigue su camino.

El mundo te necesita, para que le des el amor de Dios. Demuestra al mundo quien es Dios y quién eres tú.

Ya suenan las campanas, tocan a alegría, a la alegría de que vas a volver a ser de Dios; vas a irte a confesar y después vas a comulgar. ¡Qué feliz serás!

Empieza de nuevo.

Venga.

Montserrat Bellido Durán

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Pon amor a lo que haces

Pon amor a lo que haces

Sin amor no puedes vivir, ni tú ni nadie. A sí que, empieza a poner amor en tu vida, en todo lo que hagas y lo que tienes. Ama el estar vivo, ama el tener la posibilidad de ser mejor y de hacer un mundo mejor, a ama a tu familia, ama a los que te rodean.

Cualquier cosa, por pequeña y sencilla que sea, hazla con amor y la convertirás en algo grande. Porque es el amor en las obras lo que hace la diferencia.

Eso sí, ama siempre por amor a Dios, que todo tu amor pase primero por Dios, Él lo bendecirá y cuidará. Lo hará crecer.

Si pones primero el amor de Dios en ti, en tu vida, todo lo demás vendrá por añadidura, pero primero necesitas del amor de Dios.

Disfruta de tu capacidad de amar ¡Y ama!, no te quedes sin amar, el amor nos hace libres, porque podemos darnos y dar; y cuando uno da y se da en sus obras de amor, es libre porque no depende de nada ni de nadie, sólo de Dios, que es principio y fin de TODO.

Ama a Dios, ámate a ti mismo y ama a los demás.

Montserrat Bellido Durán

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¿Quieres la luna?

¿Quieres la luna?

Si deseas la luna, ¡ve a por ella!

No esperes que otro lo haga por ti si tú no te atreves a ir a por ella. Porque, si tú no eres capaz de ir a buscarla ¿cómo te atreves a confiar en que otro-s lo hará-n por ti?

Ve a por una escalera, que sea lo suficientemente larga, y tú solo podrás tocar la luna con tus manos… pero… busca la escalera… no te quedes en los laureles soñando con la luna, ¡actúa! Que la luna seguirá allí quieta esperándote.

Si tú realmente lo deseas, puedes ir a por la luna.

Si sólo es un deseo de palabra, una semilla de deseo que no germinará… entonces, tu sueño quedará enterrado bajo tierra, sin salir jamás a la luz. Y pasarán los años, y un día… te arrepentirás… porque podrías haber ido a por la luna… pero perdiste el tiempo pidiendo a otros que fueran a buscarla por ti… a ellos no les perdonas la falta de valor de ir a buscar la luna para ti, pero… ¿acaso eres tú diferente a ellos?… tampoco tú te atreviste a luchar por tu sueño.

Pero… siempre se puede empezar de nuevo. ¡Empieza!

No esperes nada de los demás… y si Dios te diera alguna sorpresa a través de otros, agradécelo, agradece esta ayuda, pero… sé práctico… remángate la camisa y ponte a trabajar, construye tu sueño, hazlo realidad.

¡Ve a por la luna! No está lejos para quien sabe cuál es su objetivo.

Montserrat Bellido Durán

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