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Siempre adelante con la fe - 5. página

Dios no es tonto

Dios no es tonto

Muchas personas confunden la Misericordia de Dios con la permisividad de todo lo que se quiera hacer. Dios es Misericordioso, pero no es tonto. Él ve el corazón de las personas, y diferencia entre quien peca sabiendo que hace mal y no tiene intención de recapacitar, y entre quien no tiene conocimiento de la verdad y peca por ignorancia.

Hay quien permite que un familiar o conocido peque; creyendo que Dios es tan misericordioso que no hace falta que la persona determinada corrija su conducta. «Da igual si fulanito no se porta bien, Dios es misericordioso» dice el amigo o familiar.

No es así. Que Dios sea misericordioso no es sinónimo de que a Dios no le importe que se peque. Dios no quiere que se peque.

Es deber y obligación de cada uno el formarse bien en la doctrina católica, para poder tener criterio propio y saber elegir entre el bien y el mal.

Dios siempre está velando por el alma de cada uno, siempre está intentando salvar almas. Pero quien intente pasarse de listo creyendo que Dios es tonto, está perdiendo el tiempo y su alma.

Sé coherente con tus obras, guarda los mandamientos de la Ley de Dios y ponte al día con los sacramentos de la confesión y la comunión.

Dios, por ser Misericordioso, te perdona todos tus pecados dichos en confesión ante un sacerdote católico, no importa qué tan graves sean tus pecados, vete a confesar y no peques más. Y si volvieras a pecar, levántate y arrepentido, y con intención de no volver a pecar, ve a confesar de nuevo. Y Dios volverá a perdonarte, eso significa que Dios es Misericordioso; te perdona más de 7 veces, Dios te perdona SIEMPRE que acudes a su perdón en la confesión.

Ya lo sabes.

Vete a confesar y podrás gozar de la misericordia de Dios.

¡Aleluya!

Montserrat Bellido Durán

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Volar alto

Volar alto

Para volar alto no debes tener miedo a las alturas.

Abre tus alas, mira fijamente al viento y ¡salta!

Un huracán siempre termina en una suave brisa. Todo pasa. Sólo el que no tiene miedo puede avanzar.

Si quieres llegar lejos, no hagas caso a los que te dicen que no puedes; porque sí que puedes. Puedes como muchos otros que te han precedido han podido, porque confiaron en la voz de Dios Espíritu Santo que en su interior les animaba a seguir adelante.

Dios quiere lo mejor para ti, ¡ve a por ello!

Puedes, y te debes a ti mismo, el intentarlo. La vida no está para perder el tiempo, sino para hacerlo rendir.

Siguen pasando los segundos, pasan, pasan… tú debes buscar una vida mejor, formándote un mejor carácter. Esta es la base: El cómo eres tú.

No me decepciones, sé que puedes ser mejor.

No mires hacia abajo y ¡vuela!, que el Cielo te está esperando.

Montserrat Bellido Durán

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Dios te quiere feliz

Dios te quiere feliz

Hay quien cree que los males recibidos en la vida los envía Dios, y no es así. Muchas veces ese mal recibido es por la libertad mal usada de otras personas, que por ser libres -como tú- Dios les deja hacer, no se mete en su libertad, y como resultado tú sufres.

Dios te quiere feliz, no quiere que sufras. Por eso Jesús curaba a los enfermos. Dios no te envía nunca un mal, al contrario, Él evita que pases por los males que no podrías soportar, porque por algo vas a sufrir sí o sí en esta vida; ya que en este mundo conviven el bien y el mal, pero Dios nunca permitirá que sufras lo que puede acabar contigo. Dios es bueno.

Si no entiendes tu sufrir, calla, aguanta y reza. La Virgen María guardaba las cosas en su corazón y las hablaba interiormente con Dios, haz tú lo mismo, guarda para ti lo que no entiendes, y a través de la oración Dios te dará el consuelo que necesita tu alma.

No pierdas nunca la esperanza, el dolor es pasajero, un día se va y viene a ti la alegría, por haber sido fiel durante la prueba.

Sí que hay dolores que duran años, pero tranquilo, sólo el amor de Dios es Eterno y por ello tu sufrir no durará para siempre.

Reza y confía en Dios.

Montserrat Bellido Durán

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Venimos solos y nos vamos solos

Venimos solos y nos vamos solos

Es así: venimos solos al mundo y nos vamos solos del mundo. Por ello, no te extrañe que muchas veces en la vida te sientas solo, y es porque realmente tu vida la vives tú solo rodeado de otras personas, pero sólo tú eres responsable de tus decisiones y actos. Tú decides, tú eliges, tú llevas a cabo tus obras, y por ellas serás juzgado.

Toma las riendas de tu vida, y sé feliz de saber que tu vida depende sólo de ti y de Dios. Alégrate de ver que eres capaz de elegir hacer el bien y ser fiel hasta el final en vez de salir corriendo. Tienes la capacidad de pensar y razonar, y esto es algo fantástico, acostúmbrate a usar más de la cabeza y la oración, y ya verás cómo mejora tu vida. Hay muchas cosas que serían mejores si cada persona aceptara su rol individual de existencia y tuviera siempre en mente la presencia de Dios en su vida. No estás aquí por casualidad, tienes una misión que llevar a cabo. Si aún no sabes cuál es tu misión, ella vendrá a ti, Dios te la traerá, si tú cumples con tu deber de persona de hacer siempre el bien. Cuando uno siempre hace lo correcto y el bien, viviendo en gracia de Dios, como un imán atrae hacia él aquello para lo que ha nacido. A veces se necesita de una desgracia para descubrir dentro de uno mismo el héroe que tenía escondido, el ingenio que estaba dormido, la vocación que anhelaba salir fuera…

Mientras tardas a conocer cuál es tu misión, Dios, que sí sabe cuál es, te va preparando el terreno, y vives circunstancias, conoces personas… que te hacen adoptar la experiencia y las cualidades que necesitas para poder ser el mejor en eso a lo que vas a dedicar tu vida y que aún desconoces. Y así, cuando llega el momento; dentro de ti oyes la certeza de que ha llegado la hora, de que estás listo; y por tus vivencias, te das cuenta de quién eres y de porqué estás aquí, todo tiene una respuesta, y hasta bendices las desgracias que necesitabas vivir sí o sí para poder con lo que ahora vas a enfrentarte. Pero estás entusiasmado, no tienes miedo, porque sabes que naciste para ello, lo tenías impreso en tu corazón, y como David, no te importa cuán fuerte y alto sea Goliat, porque tú eres un elegido de Dios. De acuerdo, Goliat tiene una espada afiladísima, pero a ti, Dios, con lo que has vivido, te ha dado una puntería insuperable, sólo tienes una honda y una piedra, pero sabes que vas a ganar, porque Dios está contigo.

Montserrat Bellido Durán

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Hay que confesarse

Hay que confesarse

Dios te ha dado un cuerpo y un alma. Para el buen funcionamiento de ambos; para vivir en paz y armonía contigo mismo, que es necesario para que lleves paz y armonía a los que te rodean, necesitas de la higiene corporal y espiritual.

De la misma forma que te duchas, debes de confesarte con frecuencia.

No es más limpio el que menos se ducha sino quien más se ducha, igualmente es más santo quien con más frecuencia se confiesa, porque está más veces en estado de gracia santificante antes de volver a pecar.

El sacramento de la confesión es el abrazo que necesita tu alma para recibir la fuerza y el amor  de Dios, el perdón de tus pecados, el consuelo. Como la buena ducha al cuerpo, este sacramento al alma la deja como nueva.

No se puede vivir sucio, hay que lavarse y brillar. Porque la belleza necesidad de la pulcritud. La pulcritud de alma te hace libre de verdad, por no ser esclavo de ningún vicio ni pecado.

¡Sé limpio de alma! Que el olor del alma sucia por el pecado se percibe y hace la vida desagradable.

Ve a lavarte y perfumarte con el aroma de Dios y sé completamente suyo. Sólo así serás feliz.

Ve a confesarte. Acude a la iglesia media hora antes de la Misa y pídele al sacerdote que te confiese, sino, tus pecados no podrán ser perdonados por Dios.

Dios te está esperando, por eso Jesús instauró este fantástico sacramento. Éste es el Sacramento de la alegría, porque sales ALEGRE después de una buena confesión.

Yo te deseo que vivas la alegría del perdón de Dios, de recibir su misericordia y amor, así que, ¡VE A CONFESARTE YA!

Montserrat Bellido Durán

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