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Montserrat Bellido Durán - 11. página

Amor y arte

Amor y arte

Hay quien dice con tanta facilidad que ama… y después con tanta facilidad deja de amar… esto demuestra que son pocas las personas que saben amar de verdad.

No te conformes nunca con un mal amor, te mereces el amor de verdad.

En Dios encuentras el AMOR, sí, en mayúsculas, porque Dios no cambia ni vacila, Dios te AMA y te AMA SIEMPRE; por eso en el Cielo siempre se es feliz, porque siempre estás con Dios y allí todo es de Dios, todo es bueno siempre.

El amor es como el arte, hay que saber amar. Si tienes ganas de amar pero no sabes cuidar y respetar a los demás: no sabes amar. El arte necesita de la técnica para coger forma y plasmarse en la obra maestra. No basta con «sentir», hay que plasmar el arte, hacerlo visible para que sea real. No basta con «sentir» hay que demostrar que amas.

El arte no es un mero «tilín» que se oye en el interior y basta para ser artista, el arte es una semilla que hay que cuidar y cultivar para que florezca. Cuántos artistas mueren al poco de encontrar su don para el arte porque les dicen que «eso es una tontería» y después viven vacíos por no poder ser aquello que debían ser.

Todo arte necesita del trabajo en equipo del corazón y de la mente. El corazón guía y la mente hace real lo que quiere el corazón. La mente hace posible lo que quiere el corazón. Es importante que sea bueno lo que quiere tu corazón, sino no será bello ni digno de admiración lo que hagas, tanto en el amor como en el arte.

¿Qué hay en tu corazón?

¿Qué deseas en tu corazón?

¿Qué busca tu mente guiada por tu corazón?

¿A quién le das tu corazón?

¿En qué cosas pones tu corazón?

Las personas venimos del Amor, de Dios, por eso para vivir necesitas amar y ser amado.

Según qué amas y a quién amas: TÚ serás de una forma u otra.

Cuida tu corazón si no quieres ser para Dios y para ti mismo una decepción.

Pídele a Dios que te dé un buen corazón, y lo hará, no lo dudes.

Montserrat Bellido Durán

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¡Viva las desgracias!

¡Viva las desgracias!

Agradece las desgracias, todas te ayudan a ser mejor persona; a ser sant@.

Todo fracaso trae tras de sí una victoria a quien hace siempre el bien. Por eso, el que persevera en Dios es quien sale ganando siempre, aunque tarde un tiempo a ganar, porque Dios va a su ritmo, preparando tu vida; viviendo contigo, por tú vivir en gracia de Dios, por confesarte bien y comulgar.

Jesús pasó muchas desgracias y mírale ahora: Es Rey de reyes y se rodea en el Cielo de las almas que le aman de verdad.

Esta vida es una lucha continua y dolor siempre hay, así que no te asustes, puedes con todo, puedes solucionarlo todo.

Esta vida es una prueba, no vas a quedarte siempre aquí, todo lo que vives son pruebas. No te apalanques y vivirás bien las desgracias; porque no son eternas, algunas duran unos años, pero siempre acaban y vienen alegrías y otras desgracias, es un «tira y afloja»; porque en el mundo el bien está conviviendo con el mal.

Vale la pena que te ganes el Cielo superando las pruebas de esta vida.

Recuerda.

Tu meta es el Cielo.

¿Nos vemos allí?

🙂 yo también quiero ir al Cielo.

Choca esos cinco.

Montserrat Bellido Durán

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Domínate

Domínate

Para ser feliz, es necesario que tengas dominio de ti mismo. Los que ganan en Fórmula 1 son los que saben controlar su vehículo y llegan a la meta.

Dominarse es hacer lo correcto siempre, no significa que seas un robot; es ser dueño de uno mismo, tú eres quien decide hacer una acción. Por eso es bueno se una persona educada, porque quien es educado, sabe estar en su sitio y no daña a los demás.

Es muy triste que haya quien llore por tu culpa, ¿has pensado alguna vez si hay quien llora por tu forma de ser y actuar? Si por manera de obrar dañas, no vas bien, debes  corregirte, debes cambiar, dominarte y ser mejor y bueno de verdad.
Dominarse no significa no ser uno mismo, lo que sucede es que hay quien confunde «ser uno mismo» con no tener honor ni moderación ni nobleza de corazón; lo consideran como el ser «tal cual» sin pensar en los demás, decir lo primero que a uno le venga a la cabeza aunque sea malo, criticar, insultar, quejarse… esto degrada a la persona, no la eleva. Es como el que se encuentra ante un maravilloso piano y se pone a aporrear en vez de dejar que sus dedos se deslicen por el magnífico instrumento correctamente dando paso a una preciosa melodía.

Y ¿Verdad que hay buenas melodías de piano que expresan fantásticamente lo que uno siente y es?

Se puede ser uno mismo en la esencia de la bondad y perfección a la que estamos llamados para ser santos.

Dominarse no significa hacerse robot, sino hacer lo que hay que hacer, cuando hay que hacerlo y de la forma en que hay que hacerlo. Si estás triste llora, pero no maldigas, si estás contento ríe, pero no te burles.

¿Entiendes?

Tú sé bueno siempre.

Así serás libre de verdad y podrás ser tú mismo.

Ser tú mismo, es ser TÚ. Y TÚ eres de la forma que decides ser.

Montserrat Bellido Durán

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¿Exigir la felicidad?

¿Exigir la felicidad?

Corren voces anunciando por doquier que uno debe exigir la felicidad que le corresponde, que pase lo que pase no hay que perderla.

Pero la felicidad no es como cualquier simple objeto, capaz de ser poseído o robado y después recuperado. O se es feliz o no se es feliz, así de sencillo.

En vez de exigir la felicidad, lo que debes hacer, es ser siempre bueno, y sin exigir la felicidad, ella vendrá a ti, porque la verdadera felicidad sólo pueden poseerla los buenos de corazón. Todo lo demás no es felicidad, aunque insistan en llamarlo así.

Busca primero el Reino de Dios y como resultado hallarás la felicidad.

Muchos pierden el alma en nombre de la felicidad, alegando que están en posición de exigirla, clamando a gritos un derecho -mal entendido- de ser feliz a costa de dañar a otros. Por puro egoísmo, pensando sólo en sí mismos.

Si crees que tú y los otros podéis realmente exigir la felicidad; mira cómo va decayendo la humanidad como resultado de este egoísta pensamiento y dime: si se puede exigir la felicidad ¿por qué hay quien es infeliz por la forma de actuar de quien exige su felicidad?

Por regla de tres, nadie sería infeliz cuando otro exigiera su propia felicidad si fuera cierto que se puede exigirla, pero éste no es el resultado. Por lo tanto, no se puede exigir la felicidad.

En cambio, cuando uno es bueno, todos son felices, el que es bueno y quien recibe la bondad.

Ya sabes.

Si quieres ser feliz y hacer felices a los demás: Sé bueno.

Montserrat Bellido Durán

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Agradece

Agradece

Agradece el amor correspondido, agradece a tus padres la vida que te han dado, agradece a Dios el seguir hoy con vida, agradece las cosas buenas que te ocurren y las malas que no te ocurren y… ¿por qué no? Agradece también las cosas malas que te ocurren, porque Dios las ha permitido por una buena razón, Él sabe que puedes superarlo y solucionarlo, por eso lo permite, sino, ya no permite aquello con lo que no podrías vivir.

Dale las gracias a Dios por todo aquello que tienes y cuídalo; porque si por la libertad mal usada de los demás lo perdieras un día, que en tu conciencia halles la paz que nace por saber que tú siempre lo cuidaste e hiciste lo correcto. No puedes controlarlo todo, pero puedes agradecerlo todo.

Cuida y agradece lo bueno que tienes.

El que es agradecido es más feliz que el que se queja, porque quien se queja no cuida las cosas y las pierde con más facilidad que si las agradeciera y cuidara.

Agradece sobre todo a Dios el que te ame, porque su amor nunca desaparece. Podrás perder un amor humano, una amistad… pero el amor de Dios nunca. Por eso, agradécele a Dios su amor y cuídalo, que a fin de cuentas, la vida son cuatro días y si cuidas el amor de Dios podrás vivir eternamente en el Cielo la felicidad plena que ansía tu alma,  esta felicidad a la que estás llamado por ser creación de Dios.

Cuida el amor de Dios y hazlo crecer en tu corazón. Es la base de todas las otras cosas, Dios primero y luego lo demás. Hazlo y verás como podrás sobrellevar muchas sorpresas que te encontrarás en la vida, aunque nunca te lo hubieras imaginado; porque Dios es maravilloso.

Montserrat Bellido Durán

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