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Sabías que… - 9. página

ES POSIBLE UNA NAVIDAD SIN NECEDAD…

ES POSIBLE UNA NAVIDAD SIN NECEDAD…

Sin esa falsa alegría que nos llena de vaciedad.

Aprendamos a surfear la ola de consumismo y banalidad, de ateísmo y frivolidad, que nebuliza el Misterio de la Natividad.

Pongamos en valor el nacimiento del Señor.

Jesús, José y María en el Portal, un monumento a la “ecología” espiritual.

¿Qué es para ti la Navidad? ¿Vacaciones, diversiones y turrones? ¡Te pillé, qué cara pones!

Ahora que está de moda el “reciclar”, no te compres un triciclo, podrías resignificar y dignificar la Navidad, y aprovecharla para evangelizar y desterrar la creciente y floreciente necedad que mola en la sociedad. Evita la novedad que choca con la Buena Nueva evangélica y vive una Navidad modélica, con paz y solemnidad.

Monta un belén, que es muy evangelizador, porque nos habla de Jesucristo, Dios, Nuestro Señor. Es un evangelizador grandielocuente, por crear un ambiente creyente.

¡Despacio! ¿Que no tienes espacio? ¿Ni un pequeño rincón? ¿Será que no tienes a Dios en tu corazón? Si hay problemas de espacio, basta una estampa en un cartapacio.

Hay quien da gloria al Señor, “colgando” un belén virtual en el televisor, y así, contemplando a Jesús y María, pasa de tanta tontería y de la retransmisión de la lotería.

Navidad es alegría, de familia en reunión, mazapanes y turrón; ver el pavo, quién lo guisa, sin olvidar ir a Misa, y excelente ocasión de hacer buena confesión.

Dios, en su Nacimiento, nos pide arrepentimiento, por eso es tiempo propicio para dejar todo vicio.

Olvida el materialismo cegato, que busca seis pies al gato, cuando solo tiene cuatro.

Todos los Nacimientos cabales, incluyen las tres Figuras centrales, aunque puedan adornarse con especies animales, y algunos vegetales.

Haz siempre un belén bonito, con José, María y Jesusito; y olvida el arbolito —que no es elemental— con su “paz” ornamental; aunque no quedaría mal, un puñado de alfalfa para los amantes del verde “ecológico”, y la mula del Portal. Dios no trajo la paz “medioambiental”, sino la paz espiritual.

Esta Navidad, cambiemos la alegría consumible por la Alegría indestructible, de estar a Dios amando, y siempre flipando.

Quien cambia belén por arbolillo, es un “membrillo.” (Refrán popular).

A quien solo plantifica un abeto, con todo respeto, le digo de verdad, que no sabe ni la mitad de lo que es la Navidad.

Acude a María, a Ella, que es la Bondad para con la Humanidad. Piensa que, sin María, Navidad no existiría.


¿QUÉ TE PARECE?

El mejor antídoto contra el virus de la necedad, es, sencillamente, la humildad; pero la humildad es de nuestra propiedad y hay que cultivarla, porque Dios no puede darla; hay que conquistarla, siendo la mejor vía, la imitación de María.

Si, como algunos espantavirus dicen, “Comulgar en la boca, atenta contra el quinto Mandamiento”, atentos, yo disiento, y siento decirles que siendo así, comulgar con las manos, queridos hermanos, atenta, de modo certero, contra el Primero.

En Navidad, renace el Dios infinito en un Niño chiquitito, pero siempre renace en nuestro interior, cuando aceptamos su amor, tras visita al confesor.

Cónyuges, si os amáis de verdad, usad la fecundidad, y dadle un hijo a Dios por Navidad.

Por favor, no seáis paletos, que en Belén no hay abetos.

Primero, un belén bonito, y después el arbolito, aunque al vulgar “ecoplasta”, el arbolito le basta. Olvida el ecologismo, y pásate al belenismo.

Por entre el bosque de abetos, el diablo campa por sus respetos.


Javier Bellido
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IMPORTA MUCHO UN SÍ

IMPORTA MUCHO UN SÍ

Es sorprendente el valor de las palabras, que no valoran las cabras; “vivir para ver”, y oír; reflexionar y luego decidir.

Te presento un vocablo que no le gusta al diablo (su divisa es “Non serviam”), he aquí el SÍ, un monosílabo que da mucho de sí. Es, gramaticalmente, “una forma reflexiva del pronombre personal…” (ideal para la reflexión personal).

POR SI te interesa: Le oí decir a un agricultor que hay que ser previsor y guardar siempre una cosecha POR SI los lógicos trastornos meteorológicos nos traen una mala cosecha, ya que, a veces, la madre Naturaleza pierde la cabeza.

POR SI le amas, le necesitas y quieres dejarte amar por Él, Dios se quedó en los sacramentos.

POR SI quieres salvarte (ir al cielo), cumple los Mandamientos.

POR SI lo necesitan para salir del Purgatorio, reza por los difuntos.

POR SI se apaga tu lámpara, ve a “la gasolinera” (la iglesia) y recarga tu aceitera.

POR SI Dios te llama, haz un acto de contrición al entrar en cama, no sea que mañana amanezcas en el “otro Barrio”.

POR SI alguien necesita algún sacramento urgente, sacerdote, viste “decentemente”, correctamente, con la dignidad de un siervo del Dios Omnipotente, y así te identificará la gente.

POR SI alguien quiere confesar, sacerdote, en el confesonario debes esperar; que no te deban ir a buscar. El buen confesor, crece en el amor.

DE POR SÍ, Dios es la Bondad, y su Palabra es la Verdad.

DE POR SÍ, Satanás es la Maldad, la Mentira, la Falsedad…

DE POR SÍ, el 100% de la gente es “concupiscente”, tenlo presente.

DE POR SÍ, el Santo Sacrificio del Altar es lo más grandioso que un sacerdote puede celebrar.

DE POR SÍ, y por el inmenso amor de Dios al hombre, todos los Sacramentos nos comunican y aumentan las gracias que fluyen del misericordioso Corazón de Jesús, que murió en la Cruz por su rotundo SÍ a la voluntad del Padre.

También, el SÍ de María fue de infinita valía, de tanto valor, que nos trajo al Salvador.

Demos a Dios nuestro SÍ sincero y sencillo, que a nuestra alma dé brillo.

Huyamos del SÍ condicional, con tufos de egoísmo, mundanismo, consumismo, hedonismo, etc., porque Satanás nos ha hecho perder el compás.

Los SÍES con condiciones, “haylos” a montones:

SI no fuese tan difícil.

SI no fuese tan aburrido.

SI “el sexto” no existiese.

SI no fuera tan arriesgado.

SI no fuera tan exigente.

SI tuviera tiempo.

SI fuera más joven.

SI fuese más viejo.

SI fuese rico, etc., etc.

El SÍ condicional es bastante insustancial, lo dicta el Autor del Mal.

Para un buen SÍ poder dar, algún NO hay que pronunciar.

Más que bueno, lo mejor, es darle tu SÍ al Amor.

Demos nuestro SÍ a María cuando nos pida: “Haced lo que Él os diga”.

Me despido con un “adiós” (“a Dios”), no con un inculto “hasta luego” porque desde luego, no entro en el juego de ignorar a Dios, y además, “luego” no me verás.


QUÉ TE PARECE: Servir al Señor con alegría no es como jugar a la lotería, por SI toca. Desde luego, no es un juego, es gastar la vida por amor al Amor, que siempre “toca” el Señor, en los sacramentos. Dejémonos “tocar” y abrazar por Jesús en la Comunión, y “tocar” y consolar por el Espíritu en la confesión.

La Gracia “riega” el alma como “agua que salta hasta la vida eterna”. Las jaculatorias son como un riego gota a gota, mientras que la oración es como el riego por aspersión.

Que amar la Misa sea tu divisa.

No confundas la bondad con el buenismo; lee el Catecismo, y verás que no son nada de lo mismo, porque los separa un abismo. Así como la bondad no es buenismo, la comunidad no es comunismo.


Javier Bellido
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¿POR QUÉ Y PARA QUÉ SER PRUDENTES?

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ SER PRUDENTES?

“In medio virtus”. La prudencia es esta virtud cardinal que tiene el oficio de tener el medio entre los extremos. El prudente no es extremista, ni que sea extremeño.

“Cardinal” no viene de cardo, como pudiese creer algún ecoanalfabeto, viene de quicio, porque es el vagón de enganche de muchas otras virtudes.

La fidelidad, la obediencia y el espíritu de servicio, son expresión fehaciente del prudente. “Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien su amo pondrá al frente de la casa…? Dichoso aquel siervo…” (Luc. 12, 42-43).

Jesús obedeció al Padre hasta la muerte. Luzbel desobedeció, se rebeló, no sirvió, y en Satán se convirtió.

La simplificación de la prudencia es reducirla al mero cumplimiento de las normas de tráfico, a no meter la mano en el fuego, a utilizar la mascarilla, etc., y la ridiculización de la prudencia la encarna el “donprudencio” timorato, apocado, aconejado, que no rompe un plato. Nada más lejos de la realidad; el prudente es avisado y avispado, inteligente y diligente, que no sigue la corriente aunque sea lo corriente.

El prudente es juicioso y previsor, coherente y santamente intransigente. La prudencia pide exigencia, paciencia, hacerse violencia, y mucha continencia verbal, estomacal, sexual, etc., para no darle al cuerpo todo lo que pida.

“Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas.”

Prudente es quien lucha por vivir en Gracia, quien —como las vírgenes prudentes de la parábola— está vigilante y pendiente de agradar a Dios y evitar el pecado. Es prudente quien cumple, por amor, todos y cada uno de los mandamientos. Es quien edifica sobre roca, apoyándose en la fortaleza de Dios, que todo lo puede. La prudencia nos hace confiar en la divina providencia.

El prudente se aleja del vicio, aprestándose al servicio; se aparta del corrupto, de la ocasión de pecar, y no dialoga con la tentación.

La prudencia es el mejor seguro para mantenerse puro.

A menudo se olvida la prudencia por impudencia. Una forma de imprudencia es la fácil y pronta transigencia que no pasa por la conciencia.

El imprudente imita, sin reflexionar, lo que hace el vecino de enfrente, lo que hace la mayoría de la gente.

La prudencia y la paciencia son las madres de la ciencia, y las ejercen personas que usan de su inteligencia.

Tengamos prudencia al hablar, pensando antes de abrir la boca, esa boca de la que nunca te arrepentirás de mantener cerrada, y en la que no entrarán moscas, virus ni extraterrestres.

Aprendamos la virtud de saber escuchar, que, por algo, Dios nos ha dado una sola boca y dos orejas.

Seamos prudentes al actuar, reflexionando y orando previamente. Echemos mano de la prudencia en nuestro trato con amistades y compañías (“Dime con quién vas, y te diré de quién son esas manchas”).

ALGUNAS IMPRUDENCIAS QUE ACARREAN MALAS CONSECUENCIAS:

-El incumplimiento de cualquier Mandamiento.

-“Ignorar” la muerte, el pecado, la tentación, el Diablo, el Cielo, el Infierno, el Purgatorio.

-El ser inconfeso exprofeso.

-El ensoberbecimiento y la vanagloria, propios del burro y la zanahoria, equivalen a falta de realismo, o de humildad, que es lo mismo.

-Pensar que andar a oscuras es un chollo, y acabar en el hoyo.

-Cambiar la bondad por la necedad, sin haber necesidad.

-Pecar y no rectificar.

-Recibir la sagrada Comunión teniendo olvidada la Confesión. Una de las imprudencias mayores, es pasar del Amor de los amores.


QUÉ TE PARECE: ¡NOTICIABLE! En un conocido monasterio español, se han contagiado por el virus casi todos los monjes que comulgaban en la mano, mientras que ninguno de los muchos, ancianos, que siguen comulgando en la boca, como devotamente toca. Es para pensar cómo hay que comulgar.


Javier Bellido

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TÚ DECIDES

TÚ DECIDES

Mientras vives, tú decides, no lo olvides.

Ten ideas propias, piensa por ti mismo, eso no es egoísmo.

Ten ideas personales y olvida las del resto de los mortales, ya que Dios te hizo único, diferente del resto de la gente.

Usa bien de tu libertad en bien de la humanidad, trabajando con responsabilidad y luchando por la santidad.

“Se lleva mucho” el complejo de comunidad, para eludir la responsabilidad, o sea, la “inmunidad de rebaño” (la impunidad, el apaño), pero el pecado es personal y es un daño que no asume el rebaño, aunque todo mortal tenga mucho de animal.

Piensa, decide y actúa personalmente, aunque tengas que ir contra corriente, porque Dios te juzgará personalmente. Tu alma es solitaria, no es comunitaria, y Jesús te juzgará en solitario, no en tropel comunitario.

No seas “fuenteovejuno”, lo que hacen todos, lo hace uno.

Imita solamente a Cristo y pide al Santo Espíritu sus dones, porque los demás —incluso los santos— son unos segundones.

Mira a Cristo, háblale, escúchale, y decide quién es para ti.

No pienses en voz alta, con ligereza, que no hace falta y no interesa.

Sólo Dios y tú conocéis los pensamientos de tu corazón, y no hay razón para anunciarlos a toda la población.

Dios ve lo que piensas, todo lo que observas y analizas, lo que reflexionas, y sabe lo que meditas y deseas.

Todos los pensamientos que salen de nuestro corazón, son lo que amamos y deseamos, y es por lo que vivimos y decidimos nuestra vida en la tierra y en la eternidad. Anticípate y cambia tu historia (“A quien madruga, Dios le ayuda”).

No repitas lo que otros dicen, sin analizarlo, porque si otros piensan por ti, deciden por ti.

Cuando hablo con una persona que no tiene ideas propias, no sé si hablo con ella o con “radiotelivisióninternet”.

La mejor “autoayuda”, no es la ayuda en carretera, es el propio razonamiento, y es gratis.

Razonar es adaptarse a la realidad, interpretándola.

Es mejor razonar, antes de actuar.

¿Sabes un buen, el mejor, razonamiento? Analiza y medita el Primer Mandamiento. Ni te cuento.

Acabo esta historia con una hermosa jaculatoria: ¡Jesús, quiero lo que Tú quieras!


QUÉ TE PARECE: Tú eres el gestor de tu ánimo y de tu ánima, de tu vida y de tu salvación.

Olvida tu pasada vida, y, de ahora en adelante, haz las cosas de otra manera, a la manera de Dios, o sea, más personal, más natural y sobrenatural.


Javier Bellido

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EXISTE EL INFIERNO…

EXISTE EL INFIERNO

Y existe el Malvado, que odia al hombre por Dios creado. ¿Ya te habías enterado?

Perdona que toque un asunto tan candente en este caliente mes de Agosto, en el que posiblemente descanses a gusto, y te lleves algún susto, porque no quiero ser como el “perro mudo” que predica el Evangelio con espíritu navideño y pascual, obviando a la Serpiente infernal.

El Diablo, empiezan obviándolo y acaban olvidándolo, por eso es muy católico el ir recordándolo.

Muchos pasan “de puntillas” sobre el tema para no quemarse los pies, esos pies que deberían anunciar el Evangelio sin restricciones mentales pastorales. Negar la Verdad, ocultándola, es pecado muy grave.

Jesús habla del Infierno sin tapujos ni eufemismos ridículos, y siempre exhortando a la vigilancia y a la conversión.

Como no predican sobre los Mandamientos ni sobre la gravedad del pecado mortal, ¿para qué hablar del Infierno? Además, “las cosas han cambiado”, y allí deben tener aire acondicionado.

No hablan del tema para no asustar al personal, y eso está pero que muy mal, porque bendito susto el que salva un alma. No aman a los fieles porque no buscan su salvación; son los mismos que no facilitan la confesión.

Si no crees en Satanás, menudo susto tendrás.

Leyendo el Evangelio, entenderás que quien no está con Dios, está con Satanás.

Después de leer el Evangelio, no creer en el Infierno es de ilusos o de merluzos.

La existencia del Infierno no es una metáfora simbólica, es de fe católica.

El terrorismo infernal no es asunto banal, y ceder a su presión, lleva a la condenación.

“Si tu ojo derecho te escandaliza, arráncatelo y tíralo; porque más te vale que se pierda uno de tus miembros que no que todo tu cuerpo sea arrojado al Infierno”. (Mt. 5, 29)

“Y si tu mano te escandaliza, córtatela. Más te vale entrar manco en la Vida que con las dos manos acabar en el Infierno, en el fuego inextinguible.” (Mc. 9, 43) ¡Caramba!, parece que allí no hay carámbanos.

“Si alguno no permanece en mí es arrojado fuera, como los sarmientos, y se seca; luego los recogen, los arrojan al fuego y arden.” (Jn. 15, 6)

“El pecado mortal entraña la pérdida de la caridad y la privación de la gracia santificante. Si no es rescatado por el arrepentimiento y el perdón de Dios, causa la exclusión del Reino de Cristo y la muerte eterna del infierno…” (Catecismo).

“Dios no predestina a nadie a ir al Infierno; para que eso suceda es necesaria una aversión voluntaria a Dios (un pecado mortal), y persistir en él hasta el final.” (Catecismo).

Van al Infierno los que no figuran en el “Libro de Familia”: (“Todo el que no figuraba escrito en el libro de la vida era arrojado al estanque de fuego.”) Apoc. 20, 15.

De “ignorar” a Satanás, pronto te arrepentirás.

Quien vive para agradar al Diablo, merece vivir en un establo, porque aunque Satanás es un ser espiritual, es bastante “animal.”

Si no crees en el Infierno, cuando mueras tendrás un susto de Muerte.

Jesús no engaña, mira la parábola de la cizaña: “El enemigo que la sembró es el diablo. La cizaña son los hijos del Maligno… y los arrojarán en el horno del fuego. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. Quien tenga oídos, que oiga” (Mat. 13, 37…). Pero no hay peor sordo que quien no quiere oír, y al Infierno quiere ir.

Cuando mueras, que quien descanse en paz no sea el Diablo.


QUE TE PARECE:

Podemos alcanzar la salvación (y evitar la condenación) mediante la conversión de corazón, seguida de una buena confesión. “¡Dios nos pille confesados!”, dice el refrán.

Es estimulante y reconfortante pensar que existe el Infierno, porque vemos que no estamos tan mal aquí, pese a los virus, a los impuestos y a los políticos funestos.

No me seas vacilón, que hay muerte y condenación, y también hay salvación.

Vive en estado de alerta, con la conciencia despierta, que Satanás no ha muerto, desaparece de la pantalla.

Ve con la mirada atenta y piensa por tu cuenta.


Javier Bellido

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