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Génesis - 19. página

LA BIBLIA MEDITADA por el P. Jesús

91 Biblia y meditación

La Biblia
Los hijos de Tamar
Génesis 38, 27-30

27 Llegado el momento del parto, resultó que en su seno había mellizos.
28 Mientras daba a luz, uno de ellos extendió su mano, y la partera le ató en ella un hilo escarlata, diciendo: «Este ha sido el primero, en salir».
29 Pero luego retiró su mano, y el otro salió antes. Entonces ella dijo: «¡Cómo te has abierto una brecha!». Por eso fue llamado Peres.
30 Después salió su hermano, con el hilo escarlata, y por eso lo llamaron Zéra
j.

Meditación:

Los hijos de Tamar

Todo acontecimiento es importante en la vida del hombre, de la persona, porque todo hecho nos identifica en nuestra personalidad, como vemos que se identificaron los mellizos Peres y Zéraj, hijos de Tamar.

P. Jesús

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92 Biblia y meditación

La Biblia
José, mayordomo de Putifar
Génesis 39, 1-6

1 Cuando José fue llevado a Egipto, Putifar –un egipcio que era funcionario del Faraón, capitán de guardias– lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allí.
2 Pero como el Señor estaba con José, la suerte lo favoreció, y quedó en la casa de su patrón, el egipcio.
3 Al ver que el Señor estaba con él y hacía prosperar todas las obras que realizaba,
4 su patrón lo miró con buenos ojos y lo nombró su mayordomo, poniéndolo al frente de su casa y confiándole la administración de todos sus bienes.
5 A partir del momento en que le encomendó el cuidado de su casa y de todas sus posesiones, el Señor bendijo la casa del egipcio, en atención a José. La bendición del Señor se extendía a todas sus posesiones, dentro y fuera de la casa.
6 Por eso dejó a cargo de José todo lo que poseía, y ya no se preocupó más de nada, fuera del alimento que comía.

Meditación:

José, mayordomo de Putifar

Cuando Dios bendice a una persona, las cosas que le ocurren a ella, a esta persona, son cosas todas buenas, y con el mismo esfuerzo del individuo; sólo cambia el que Dios lo ha bendecido. Y si quieres que las cosas te vayan bien por tener la bendición de Dios, haz como José, sé bueno, acepta tu triste destino que los malos familiares te han dado, y reza a Dios en lo oculto, y Dios te bendecirá y todas tus cosas prosperarán, pero sé puro, sé casto, sé agradable a Dios, haciendo lo que Él quiere, poniendo tu confianza y tu esperanza y tu fe en Él, en el Dios del Poder del Amor, y verás que sí, que sufrirás pero las cosas te irán bien.

P. Jesús

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93 Biblia y meditación

La Biblia
José y la mujer de Putifar
Génesis 39, 7-15

Como José era apuesto y de buena presencia,
7 después de un tiempo, la esposa de su patrón fijó sus ojos en él y le dijo: «Acuéstate conmigo».
8 Pero él se negó y respondió a la mujer: «Teniéndome a mí, mi patrón ya no piensa en los asuntos de su casa, porque me ha confiado todo lo que posee.
9 El mismo no ejerce más autoridad que yo en esta casa, y no me ha impuesto ninguna restricción, fuera del respeto que te es debido, ya que eres su esposa. ¿Cómo entonces voy a cometer un delito tan grave y a pecar contra Dios?».
10 Y por más que ella lo instigaba día tras día, él no accedió a acostarse con ella y a ser su amante.
11 Pero un día, José entró en la casa para cumplir con sus obligaciones, en el preciso momento en que todo el personal de servicio se encontraba ausente.
12 Entonces ella lo tomó de la ropa y le insistió: «Acuéstate conmigo». Pero él huyó, dejando su manto en las manos de la mujer, y se alejó de allí.
13 Cuando ella vio que José había dejado el manto entre sus manos y se había escapado,
14 llamó a sus servidores y les dijo: «¡Miren! Mi marido nos ha traído un hebreo, sólo para que se ría de nosotros. El intentó acostarse conmigo, pero yo grité lo más fuerte que pude.
15 Y cuando me oyó gritar pidiendo auxilio, dejó su manto a mi lado y se escapó».

Meditación:

José y la mujer de Putifar

Serás probado, como José, tu pureza será puesta en peligro, pero, si haces como José y te escapas y resistes a ir contra Dios, entonces, sufrirás, pero alcanzarás de Dios la Gracia para seguir viviendo, para seguir con tu misión, y adelantándome a la historia de José, vendrán tus hermanos a pedirte auxilio al cabo de muchos años, pero el final de tu vida será de paz, de reconciliación, de gratitud y amor.

P. Jesús

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94 Biblia y meditación

La Biblia
El arresto de José
Génesis 39, 16-23

16 Ella guardó el manto de José hasta que regresó su marido, 
17 y entonces le contó la misma historia: «El esclavo hebreo que nos trajiste se ha burlado de mí y pretendió violarme.
18 Pero cuando yo grité pidiendo auxilio, él dejó su manto a mi lado y se escapó».
19 Al oír las palabras de su mujer: «Tu esclavo me hizo esto y esto», su patrón se enfureció,
20 hizo detener a José, y lo puso en la cárcel donde estaban recluidos los prisioneros del rey. Así fue a parar a la cárcel.
21 Pero el Señor estaba con José y le mostró su bondad, haciendo que se ganara la simpatía del jefe de los carceleros.
22 Este confió a José todos los presos que había en la cárcel, y él dirigía todo lo que allí se hacía.
23 El jefe de los carceleros no vigilaba absolutamente nada de lo que había confiado a José, porque el Señor estaba con él y hacía prosperar todo lo que él realizaba.

Meditación:

El arresto de José

Tú, como José, en medio de tus desdichas, de tus infortunios y tanto sufrimiento, muchas veces en soledad, porque estás quizás solo, tú, como a José, el Señor está contigo. Sí, créetelo, aunque tu vida esté llena, plena de sufrimiento y desdicha, créetelo; sí, te digo que tú, como a José, el Señor está contigo. Y te preguntas, ¿qué cambia de la vida teniendo al Señor?; te lo diré: que se van cumpliendo sus planes, ¡tu misión!, vas viviendo mientras no llegan a tu vida los acontecimientos agradables, que van a llegar, como le llegaron a José. Sigue leyendo en la sagrada Biblia esta historia, y verás como Dios sí que estaba con José, y te darás cuenta, que sí, que Dios está contigo a pesar de tanto infortunio; pero cuando la familia te maldice, como hicieron con José, eso se vive; su maldición, hasta que la vida les devuelve lo que piden por ti, y entonces todo cambia, porque Dios espera que los bendigas y los ayudes allí donde ellos te maldijeron, te desterraron, te calumniaron, engañando a todos y acabando tú solo y desesperado, sufriendo tanto y todo por no ser amado, por ser envidiado de la familia y maldecido. Pero aunque te hayan maldecido como a José, puedes ver que a él, a José, lo que hacía para otros, era bendecido de Dios, aunque para sí mismo no le iban bien las cosas, porque hay un tiempo que cumplir cuando la fuerza de la maldición se ha derramado en el destino, porque hay un destino, digamos que es la historia, los acontecimientos de la vida de todas las personas unidas en el todo del tiempo, eso lo podemos llamar destino, porque unos a otros se influyen, sea para bien o para mal, y como veis, las guerras no se terminan en un día, duran más, como dura siempre la maldición recibida hasta que Dios, unido al tiempo, no aclara las cosas, no las pone en orden a tu favor, y mientras ocurre esto, te encuentras con personas como la mala esposa de Putifar, y es que sin el apoyo de la familia unida, habiéndote maldecido, todo lo tuyo va mal aunque tengas la bendición de Dios en tu vida, y acabado el proceso, digamos del “ajuste” de bendición de Dios que termine con la maldición de la familia, debe pasar un tiempo terreno. Dios no quiere que se maldiga, Jesús lo dijo, lo leemos en los Evangelios, porque pasa esto, cuando se maldice pasa esto que pasó José, que estás pasando tú, que vives con gran esfuerzo y te ves privado de tener una familia feliz y unida. Sigue leyendo la historia de José, sigue leyendo mis comentarios sobre ella, y te darás cuenta de que sí, de que como a José, Dios te Ama y te bendice, pero te han maldecido y hay que resistirlo mientras la bendición de Dios no caiga de pleno, mientras ellos no se arrepientan y necesitan de tiempo, de años a veces, porque cada vez que piensan en ti, con odio, con rabia, con rencor y celos en su corazón, esa maldición sigue, hasta que pasado el tiempo no te olvidan y/o se arrepienten, porque la vida les devuelve lo que han dado: su maldición, y recibiendo daño, sufren y piensan, y luego, con su dolor se olvidan de ti para pensar en ellos, en su propio sufrimiento, y pasando esto dejan de maldecirte, y la bendición de Dios CAE DE PLENO EN TI. Si tú los bendices de corazón, ayudas a la acción de Dios, y Dios, por tu oración permite su bendición, y una bendición es sanar su corazón, y Dios los sana, porque Dios no da nunca mal, las cosas de Dios son siempre buenas, otra cosa es que Dios permite la libertad de todos, y entonces las cosas van como van, según el destino, la historia universal, pero si tú bendices al enemigo, al que te ha reducido a nada, entonces, esta bendición adelanta el tiempo de alegría, porque es ya una alegría que tú, como José, no sientas rencor en tu corazón. Ánimo, y sigue leyendo la sagrada Escritura. Te espero la próxima semana. ¡Un abrazo, para ti, que estás sufriendo tanto! ¡Ánimo!, piensa que como a José, si eres puro, casto, bueno y fiel, te espera codearte con los reyes. ¡Anímate en tu esperanza!, y atiende a todo y a todos con CARIDAD.

P. Jesús

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95 Biblia y meditación

La Biblia
Los sueños de los funcionarios del Faraón
Génesis 40, 1-23

1 Después de estos acontecimientos, el copero y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor.
2 El Faraón se irritó contra sus dos funcionarios –el copero mayor y el panadero mayor–
3 y los hizo poner bajo custodia en la casa del capitán de guardias, en la misma cárcel donde estaba preso José.
4 El capitán de guardias encargó a José que se ocupara de servirlos, y así estuvieron arrestados durante un tiempo.
5 Una vez, mientras estaban presos en la cárcel, el copero y el panadero del rey de Egipto tuvieron un sueño en el transcurso de una misma noche, cada sueño con su significado propio.
6 A la mañana siguiente, cuando José fue a verlos, los encontró deprimidos.
7 «¿Por qué están hoy con la cara triste?», preguntó a los funcionarios del Faraón que estaban arrestados con él en la casa de su señor.
8 Ellos le respondieron: «Hemos tenido un sueño, y aquí no hay nadie que lo interprete». José les dijo: «La interpretación es obra de Dios; pero de todos modos cuéntenme lo que soñaron».
9 El copero relató su sueño a José. «Yo soñé, le dijo que delante de mí había una vid,
10 y en ella, tres sarmientos. Apenas la vid dio brotes, salieron sus flores y maduraron las uvas en los racimos.
11 La copa del faraón estaba en mi mano: yo tomé las uvas, las exprimí en esa copa, y la puse en la mano del Faraón».
12 José le dijo: «La interpretación es la siguiente: los tres racimos representan tres días,
13 Dentro de tres días, el Faraón te indultará, te restituirá a tu cargo, y tú pondrás la copa en su mano, como acostumbrabas a hacerlo antes, cuando eras su copero.
14 Y cuando mejore tu suerte, si todavía recuerdas que yo estuve aquí contigo, no dejes de hacerme este favor: háblale de mí al Faraón, y trata de sacarme de este lugar.
15 Porque yo fui traído por la fuerza del país de los hebreos, y aquí no hice nada para que me pusieran en la cárcel».
16 El panadero mayor, al ver con qué acierto había interpretado el sueño, dijo a José: «Yo, por mi parte, soñé que tenía sobre mi cabeza tres canastas de mimbre.
17 En la canasta más elevada, había de todos los productos de panadería que come el Faraón, y los pájaros comían de esa canasta que estaba encima de mi cabeza».
18 José le respondió: «La interpretación es la siguiente: las tres canastas representan tres días.
19 Dentro de tres días el Faraón te hará decapitar, te colgará de un poste, y los pájaros comerán tu carne».
20 Efectivamente, al tercer día se festejaba el cumpleaños del Faraón, y este agasajó con un banquete a todos sus servidores. Entonces reconsideró las causas del copero mayor y del panadero mayor en medio de sus servidores,
21 y restituyó en su cargo al copero mayor, de manera que este volvió a poner la copa en la mano del Faraón;
22 en cambio, mandó colgar al panadero mayor, conforme a la interpretación que les había dado José.
23 Sin embargo, el copero mayor ya no pensó más en José, sino que se olvidó de él.

Meditación:

Los sueños de los funcionarios del Faraón

Seguimos en la historia, la triste historia de José, en la cárcel, sin motivo ni causa, allí, pasando el tiempo, haciendo el bien, ayudando a los demás en sus sufrimientos, como debes de hacer tú, y ya haces, que no te cansas de hacer el bien a todos, simplemente porque eres bueno, porque tu pureza te ennoblece y te guarda de todo mal. Hay que decirle a la juventud que tiene que ser pura, que debe de vivir lo natural, que es la pureza, la virginidad, la castidad. Verás en la historia de José, ya te lo adelanto, el que se enamorará y se casará y tendrá hijos, pero ahora él vive en equilibrio con su cuerpo, el de ser puro y casto, y tú puedes también vivir esto si quieres acabar ganando, si quieres que tu historia tenga un final feliz, porque eras feliz y te maldijeron los de tu casa, ahora sufres por esa maldición, y aun cuando Dios te bendice, debe pasar el tiempo para que tus cosas cambien, y no hay nada mejor que vivir en Gracia de Dios, siempre limpio de pecado, siempre arrepentido de tus caídas, yendo a confesarte rápidamente, tantas veces como te haga falta. José no tenía el regalo de Dios del sacramento de la Confesión, porque eran otros tiempos; aún Cristo era el Verbo, pero ya ha pasado el tiempo y ahora las maldiciones pueden acortarse, finiquitarse, viviendo siempre en Gracia de Dios y Comulgando habitualmente, porque allí está presente verdaderamente en cuerpo y alma, ¡Dios mismo!, ¡Cristo!, el que salva. Ahora los tiempos han cambiado, por eso la humanidad avanza en “digamos” prodigios humanos, descubrimientos fantásticos, pero es que Jesús ya vivió y murió y resucitó Dios. Pero no quiero avanzarme tanto en la historia, volvamos a José, leamos su vida, y comprende así la tuya. Acabaré, pero, diciendo, que bendigas a la gente, que ames a tus enemigos y pidas por el bien de ellos; eso no te perjudica, ¡al contrario!, acortará tu agonía en la tierra y pasarás directo al Cielo sin tener que pagar nada en el Pugatorio, porque el aceptar los sufrimientos que la vida trae a cada uno, esto, hecho y aceptado con caridad, por la fe y la esperanza, paga tus cuentas con Dios, la de tus pecados. ¡Vamos, hombre de Dios, que el Señor lo tiene todo controlado para darte ánimos para que vivas esa Buena Nueva del Evangelio y la propagues; dilo alto y claro: Dios vino al mundo y te salvó!. ¡Aleluya! ¡Bendiciones para todos, hermanos!

P. Jesús

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