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Martes 9 de Marzo de 2.021
Tiempo de Cuaresma /3º
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Evangelio:
San Mateo 18, 21-35 El perdón de las ofensas 21Entonces se le acercó Pedro y le preguntó (a Jesús): Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano si peca contra mí? ¿Hasta siete veces? 22Dícele Jesús: No digo yo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. 23Por esto se asemeja el reino de los cielos a un rey que quiso tomar cuentas a sus siervos. 24Al comenzar a tomarlas, se le presentó uno que le debía diez mil talentos. 25Como no tenía con qué pagar, mandó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía y saldar la deuda. 26Entonces el siervo, cayendo de hinojos, dijo: Señor, dame espera y te lo pagaré todo. 27Compadecido el señor del siervo aquel, le despidió, condonándole la deuda. 28En saliendo de allí, aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándole, intentaba ahogarlo al tiempo que le decía: Paga lo que debes. 29De hinojos le suplicaba su compañero, diciendo: Concédeme un plazo y te pagaré. 30Pero él se negó, y le hizo encerrar en la prisión hasta que pagara la deuda. 31Viendo esto sus compañeros, les desagradó mucho, y fueron a contar a su señor todo lo que pasaba. 32Entonces hízole llamar el señor, y le dijo: Mal siervo, te condoné yo toda la deuda porque me lo suplicaste.33¿No convenía, pues, que tuvieras tú piedad de tu compañero, como la tuve yo de ti? 34E irritado, le entregó a los torturadores hasta que pagase toda la deuda. 35Así hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonare cada uno a su hermano de todo corazón. Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) «Palabra del Señor» «Gloria a ti Señor Jesús» |
Meditación:
El perdón de las ofensas El pecado de tu hermano posiblemente te influya y, por su pecado, tú sufras también. A veces uno peca y no directamente contra otra persona, pero como se ve en algunas tramas novelescas sacadas de la vida misma, más tarde te encuentres tú en malas circunstancias por el pecado del hermano, del que debe amar a Dios sobre todas las cosas y ha caído en la mala tentación; al fin y al cabo, todos formamos el Cuerpo Místico de Cristo, por eso, en la meditación de este Evangelio de hoy, te pido, ¡por Dios!, que no te sea indiferente el pecado de tu hermano; ¡reza por él! Porque ha sido más débil que tú, y ha caído en el mal, y hay que recuperarlo con la oración de todos y el buen ejemplo de todos, también el tuyo, ¡claro que sí! Ir a Misa, y ofrecer el sacrificio de la Santa Misa, por los pecados de la Iglesia, esto es un bien incalculable. Cuando estés triste, cuando el dolor por las crisis mundiales y tuyas, te llenen el alma de sufrimiento, entonces, entonces hermano mío, ve a Misa; asiste a la Santa Misa, y pide, pide por los que Dios perdona, que es a todos los que aceptan su perdón y pasan por el confesonario, y allí humildes, ante un santo sacerdote, se confiesan y reciben la absolución de sus pecados y faltas. Si todos fueran a confesarse y se confesaran bien, el mundo cambiaría en un plis-plas. Dios es Dios, y no hay que dudar de la fe. Las crisis son crisis de fe, son crisis de amor a Dios, son crisis de no hacer lo que Dios quiere. Tantos dioses endiosándose, y el mundo sufriendo. Esto se parará cuando los confesonarios estén llenos, cuando las Iglesias estén llenas, cuando las almas amen a Dios, a Jesús, que es Dios, más que a sí mismas. Empecemos por ti, va… sí, vamos para el confesonario. ¿Otra vez? ¡Sí!, ¡Venga amigo, amiga, que vamos a sacarnos la tristeza y a llenarte de alegría! ¿No quieres ser feliz? Pues, no desees a la mujer ajena, no quieras acostarte con ella. Eso entre otras más cosas. Ya sabes, los mandamientos. Y tú mujer, no seduzcas sexualmente, porque no está bien que hagas de ramera. ¡Os espero a los dos en el confesonario!… y a ti también… ¡ven! P. Jesús © copyright |
Consejo nº 763
.-No es cierto que los sueños, sueños son, si vives de ellos. P. Jesús © copyright |
Santa Catalina de Bolonia
Etimológicamente significa “casta, pura”. Viene de la lengua griega. He aquí otra chica con inquietudes espirituales a la que no le seducen los encantos y esplendores de los palacios reales. Efectivamente, era hija de una familia ilustre de Italia. Vivía encantada con la princesa Margarita, hija de Nicolás de Est, marqués de Ferrara. Desde que naciera en el año 1413, y se fue haciendo una joven muy guapa, notaba de día en día que su camino no era la corte ni las riquezas. A la temprana edad de los doce años buscaba con anhelo en dónde ser mejor y hallar más pronto la perfección a la que Dios nos llama a cada ser humano. Una vez que la princesa Margarita contrajo matrimonio, ella pudo respirar a pleno pulmón. Se había quedado libre de toda atadura a la corte. Llegó para ella el momento en el cual, aunque con muchas dificultades, se decidió por entrar en el convento de las Terciarias de san Francisco de Asís. La dejaron entrar, y ella se sintió más feliz que nunca. Al comenzar su vida de relaciones humanas con las hermanas, todas se quedaban contentas por su trato, sus atenciones personalizadas y por su grado de santidad y de bondad que reflejaba su lindo rostro, imagen de su casta alma. En este convento estuvo toda su vida, hasta el año de su muerte que tuvo lugar en 1463. Escribió muchos libros acerca de la piedad y de la vida religiosa. Todo el mundo, fino y atento a las cosas del alma, conoce su mejor libro titulado “Siete Armas Espirituales”. Ella, en su sencillez y con las mejores intenciones, se lo dedicó a todo aquel o aquella que sufra tentaciones. El Papa Clemente VIII la inscribió en el martirologio incruento y Benedicto XIII la llevó a la gloria de los altares. Fuente: ACI Prensa |
Comentario sobre la biografía del Santo-a, por el P. Jesús
Santa Catalina de Bolonia
Aquí está la historia de una santa que, sin sufrir persecución ni martirio, que siendo rica y perteneciendo a la corte de una princesa, siempre tuvo lo que necesitaba y más, y disfrutó de los deleites de la enseñanza y la belleza de la música y las plantas; ella, prefiriendo servir a Dios, entró en un convento, y allí siguieron sus éxitos por el trato de su caridad, y llegó a ser madre abadesa; escribió y rezó, se mortificó y, por amor a Dios, Dios la llenó de santidad y es santa, santa Catalina de Bolonia. P. Jesús © copyright |
– PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE Artículo 3 LA SAGRADA ESCRITURA IV. El canon de las Escrituras
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Meditación:
IV. El canon de las Escrituras Los Evangelios son la norma que utiliza la Santa Iglesia Católica para dar a conocer la verdad sincera de Jesús, dando fe de que son escritos para el bien de los fieles, para conocer a Jesús, Dios, y su Obra, la Santa Iglesia Católica, que fundó en Pedro apóstol. P. Jesús © copyright |