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Envío diario nº 5.577- Lunes 2-10-23

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Lunes 2 de Octubre de 2.023

Tiempo Ordinario/26º – Santos Ángeles Custodios

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 18, 1-5.10

Nada de querer cargos importantes, ¡humildad!

1En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién será el más grande en el reino de los cielos? 2Él, llamando a sí a un niño, le puso en medio de ellos, 3y dijo: En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4Pues el que se humillare hasta hacerse como un niño de éstos, ése será el más grande en el reino de los cielos, 5y el que por mí recibiere a un niño como éste, a mí me recibe. 10Mirad que no despreciéis a uno de esos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de continuo en el cielo la faz de mi Padre, que está en los cielos. 11Porque el Hijo del hombre ha venido a salvar lo perdido.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

Nada de querer cargos importantes, ¡humildad!

Tantos se esfuerzan para llegar a tener cargos importantes, incluso algunos hacen ver que son humildes, pero la verdadera humildad es querer trabajar, cansarse, agotarse para propagar el Evangelio, la vida de Jesús, viviéndola y dando ejemplo de servicio, de amor al Padre, de obediencia a Dios.

Hay quien piensa que, si tuviera un mayor cargo, podría hacer más cosas para Dios. ¡Que no!, que no se puede obligar a la gente a tener fe, las personas necesitan de tu afecto, de tu ternura, de tu ¡Bondad!; y luego, ellos solos, van a creer, sin tener que prepararles ni fiestas ni festivales, ni hay que gastar dinero para que tengan fe, la fe se propaga con el ejemplo, con dejar ver este fuego interno, que te quema, de amor a Dios, y te hace propagador de las bienaventuranzas.

Los cargos importantes que los dé el Papa, que es inspirado por Dios Espíritu Santo, y aunque tenga Consejeros, ¡él manda!, como siempre.

Tú, a ser humilde, porque Dios te ve, y Dios decidirá qué hacer de ti, quizás sea mucho más de lo que tú nunca te atreviste a soñar, pero tú desea, quiere, pide, para ser el más humilde, ¡y así será!

P. Jesús
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Envío diario nº 5.576- Domingo 1-10-23

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Domingo 1 de Octubre de 2.023

Tiempo Ordinario/26º

Misal virtual de hoy AQUÍ

Evangelio:

San Mateo 21, 28-32

La parábola de los dos hijos

(Dijo Jesús a los sumos sacerdotes ya a los ancianos del pueblo): 28¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y, llegándose al mayor, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en la viña. 29El respondió: No quiero. Pero después se arrepintió y fue. 30Y llegándose al segundo, le habló del mismo modo, y él respondió: Voy, señor; pero no fue. 31¿Cual de los dos hizo la voluntad del padre? Respondiéronle: El primero. Díceles Jesús: En verdad os digo que los publicanos y las meretrices os preceden en el reino de Dios. 32Porque vino Juan a vosotros por el camino de la justicia, y no habéis creído en él, mientras que los publicanos y las meretrices creyeron en él. Pero vosotros, aun viendo esto, no os habéis al fin arrepentido, creyendo en él.

Sagrada Biblia. Nacar-Colunga (1.944) 

«Palabra del Señor»

«Gloria a ti Señor Jesús»

Meditación:

La parábola de los dos hijos

Muchos hablan de lo que harán, pero no hacen. Y hay algunos que, además de no hacer, tampoco dejan hacer a otros. Eso sí, dicen que sí, que hay que hacer esto y aquello, pero luego no lo hacen. Y hay necios que creen más en las palabras que en los hechos, porque jamás ellos han hecho nada de provecho para los demás, sino que todo lo que hacen, lo hacen egoístamente pensando en sí mismos.

A todos estos que hablan y dicen que harán y no hacen, mejor sería que lo hicieran y no sólo que dijeran que lo van a hacer; porque el Reino de Dios no se gana con palabras; las palabras están para propagarlo, para propagar el Evangelio, la salvación, pero es por las obras de tus manos por lo que vas a ganarte un lugar en este maravilloso Reino Celestial, donde todos serán como ángeles y no habrá necesidades corporales, por lo cual, el dinero y el sexo no estarán en el Cielo. Allí no se va a comercializar nada, todo será Gratis, porque la Caridad de Dios es Infinita, y Allí, en el Reino Celestial, allí Dios manda y cumple sus deseos siempre, esos que a los hombres nos dio como normas, esa Ley de Dios, que nos lleva al Cielo, no por saberlas solamente sino por saberlas y practicarlas, porque el bien debe de hacerse siempre, para mayor Gloria de Dios.

P. Jesús
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