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Poesías - 13. página

Fe, Fe, aumenta tu fe

 

Fe, Fe, aumenta tu fe

Estás cansado de luchar,

crees que ya no puedes ganar.

Estás harto de anhelar la victoria,

crees que te vas a desmoronar

 

Fe, Fe ¿Será que no tienes suficiente fe?

 

Te sientes desarmado,

agotado, sin fuerzas para continuar.

Te sientes abandonado,

cansado, y en vano rehusas batallar.

 

Fe, Fe ¿Será que no tienes suficiente fe?

 

Quieres dejar el combate,

rendirte y hundirte;

quieres alzar la bandera de paz,

no te importa caer rehén del mal.

 

Fe, Fe ¿Será que no tienes suficiente fe?

 

Todavía no has ganado,

pero es que la batalla no ha terminado;

es larga y dura; toda una vida.

No te juegas un puesto ni una medalla,

sino el Cielo Eterno y la felicidad infinita.

 

Fe, Fe, aumenta tu fe.

 

Vamos, vamos, alza tu mirada al cielo,

pide a gritos la ayuda de Dios.

Vamos, vamos, recibe los sacramentos,

pide perdón en la confesión.

 

Fe, Fe, aumenta tu fe.

 

Alma querida, aumenta tu fe,

reza y pídesela a Dios.

Aún cuando las lágrimas no te dejen hablar;

aún cuando sientas que no puedes respirar.

 

Alma querida, hija del Creador,

pide a Papá Dios con devoción, “FE”.

 

La fe es el arma más poderosa que vas a tener;

con ella vencerás las contiendas,

derribarás cualquier muralla,

te proclamarás vencedor,

y por los siglos y de los siglos gozarás del Amor.

 

Fe, Fe, amada Alma,

Fe, Fe, una joya preciada,

Fe, Fe, un don del Creador.

 

Fe, Fe ¿Ya se la has pedido al Señor?

 

Alba Bellido Durán
© copyright

Flor Divina

 

Flor Divina

Pura y cristalina,

bella e inocente,

nacida entre los cardos;

como seda son tus pétalos,

de marfil son tus tallos.

 

Tu perfume el más preciado

desprende el aroma del Amor.

Tu resplandor inigualable

brilla por tu bondad y pureza.

 

El rocío luce como joyas en Ti

que reflejan la belleza de tu corazón.

El Sol te ilumina sin fin,

sus rayos te dan un aura perpetua

de hermosos colores como el ocaso.

 

Tu blanca corola delicada y perenne

sin mancha alguna permanece.

 

Bajo tus delicados pétalos

miles de almas buscan refugio;

con tus destellos dorados les llenas de paz y alegría.

 

Tu belleza es inmarcescente

como tu amor al Amor, nuestro Dios.

 

Desde que abriste tu dulce capullo

enamoraste al Señor que vio tu bello corazón.

 

María, no eres rosa ni jazmín,

pero eres el súmmum del Jardín.

 

Eres la Virgen María

madre de Dios y madre mía.

Eres luz eterna

la madre que nos guía.

Eres el alma más bella

la madre que nos cuida.

 

¡Eres la Flor divina!;

la reina de  mi vida.

 

Alba Bellido Durán
© copyright

Hacerte feliz

 

Hacerte feliz

Oh, Dios amado,

me has dado tanto,

me haces tan dichosa.

 

Llenas mis días de tus bellos regalos,

me entregas tu Cuerpo Sagrado,

y me ayudas a andar a tu lado.

 

Cada día aprendo más a amarte,

a ver como actúas en mi vida,

a llenarme de tu gracia.

 

Todo lo eres para mí,

me haces tan feliz, Papá.

 

Mi alma te alaba y desea, anhela

compensarte en lo poco que puede,

quiere hacerte feliz.

 

Papá,  Papá, quiero que brillen tus ojos al verme,

quiero que tu Corazón se alegre al escucharme.

Quiero ser como un bebé en tus brazos,

inocente, puro y que siempre te haga sonreír.

 

Quiero seguir tu voluntad,

armarme con tus sacramentos,

y seguir los pasos que me has indicado.

 

Quiero glorificarte hoy y cada segundo,

ser tu sierva,

entregarte mi alma y mi vida,

porque en realidad, es sólo tuya.

 

Papá, Papá

quiero agradecerte tanto,

y por ello utilizaré el don más maravilloso que me has dado,

amar, amarte.

 

Te amo tanto; nada, nada

puede destruir este amor infinito por Ti.

Porque Tú lo eres todo y te lo mereces todo.

 

Papá, quiero hacerte feliz

quiero que mi alma sea una joya para Ti,

la más preciada.

 

Alba Bellido Durán
© copyright

 

Tienes alas

 

Tienes alas

La vida es larga y complicada,

está llena de obstáculos,

de tentaciones y malhechores.

 

Cada alma, tiene una larga travesía que recorrer,

tiene una misión, aunque también, el deber de la elección.

 

Puedes decidir hacia dónde volar;

 encaminarte a la felicidad eterna

o tristemente, vagar en las tinieblas.

 

Tú eliges tu dirección,

abrirte paso y dirigir tu rumbo hacia el Amor,

o malvivir tus días y hundirte en el horror.

 

Tú tomas la decisión,

ser dichoso y gozar del cariño de Dios

o llorar por toda la eternidad.

 

Querida alma,

no te engañes,

no finjas que no lo sabes.

Tú decides tu destino

Tú tienes alas.

 

Entonces, no yerres,

atraviesa las nubes,

vence las tormentas,

llega hasta las estrellas

y quédate con Dios.

 

Junto a Él, junto a su Amor,

vivirás gozando en todo momento,

y eternamente te alegrarás

 de haber elegido con acierto.

 

Alma amada,

Dios te ha dado libertad,

no la uses sin razonar.

Tú, tú despliega tus alas,

vuela, vuela hacía el Amor infinito.

 

Alba Bellido Durán
© copyright

 

Te admiro

 

Te admiro

Amado, amado,

mi querido Jesús,

Hijo del Padre.

Te amo, te amo

te glorifico y TE ADMIRO.

 

No te lo había dicho antes,

pero ahora lo clamo,

TE ADMIRO.

 

Tus hazañas no tienen fin,

hasta el más insignificante detalle

de tu forma de ser, es admirable.

Tu humildad, tu bondad,

tu perfección y tu valentía.

 

Tú solo, apoyándote en tu Padre Dios,

luchaste contra el mal, venciste las tentaciones,

redimiste los pecados de toda la humanidad,

entregaste tu vida por mí, y no sólo por mí,

sino por cada alma indefensa.

 

Cada gota de sangre que derramaste, lo hiciste por Amor,

aceptaste el deseo de Dios y, luchaste por mí, por mí,

aún siendo yo pecadora y torpe.

 

Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad,

hombre perfecto, Rey del Universo, Dios mismo,

y, moriste por mí.

No me lo merezco pero en verdad te lo agradezco.

 

Eres Grande, ¡Eres genial! No cabe duda,

ERES ADMIRABLE.

Eres el Héroe del mundo.

Por eso, por todo esto, te amo, te amo con todo mi ser,

y te proclamo Rey de mi corazón.

Acéptalo, querido y admirable Cristo.

 

Alba Bellido Durán
© copyright