La Biblia 1 José ya no podía contener su emoción en presencia de la gente que lo asistía, y exclamó: «Hagan salir de aquí a toda la gente». Así, nadie permaneció con él mientras se daba a conocer a sus hermanos. |
Meditación:
El desenlace de la historia de José No hay que tener miedo a partir cuando pasas hambre y Dios tiene preparado para ti un lugar seguro, donde el pan y el amor existen para ti. Pero mira bien, no te equivoques de lugar y vayas a la perdición en vez de a la bendición. El lugar tiene que ser santo, virtuoso y lleno de la presencia de Dios. Si no es así, te equivocarás nuevamente y sufrirás mucho más. Atiende a la santidad, más que al deseo de los ojos. La santidad es sacrificio, es humildad; la belleza carnal está llena de lujuria, y Satanás engaña los sentidos. Si te equivocas al elegir, sufrirás mucho más que no has sufrido hasta hoy, y será peor tu vida que si un escorpión te hubiera mordido; porque el veneno de los sin fe, justifica una doctrina que no existe, que no es fiel, que te dará hambre y sed, y ¡morirás! Decide la libertad de la humildad. Únete a la dicha de vivir en paz, con santidad y dando buen ejemplo. Si allí adonde decides ir, no vas a dar buen ejemplo, ¡no vayas!, porque los escorpiones anidarán entre tus mantas y sus picaduras te harán retorcer de dolor. El padre de José, dudó, y tú debes dudar y estudiar la situación y las pruebas. No busques prosperar, ¡deja la ambición!, busca la paz y la humildad de corazón. No confíes en promesas vanas, confía en la belleza del alma; allí donde tu alma tenga alegría, la dicha de la fe, allí es tu lugar, y allí Dios te hará prosperar, pero no te vendas por las palabras dulces, sino come sano y disfruta de la Eucaristía. Si no puedes comer el Pan de Cristo, ¡no vayas! Amén. La señal es el Pan, es poder comer el Cuerpo de Cristo. Si no, te morirás de hambre y todo se perderá, ¡tú también! Sé juicioso, sé santo y no te dejes comprar por nadie, ni por la falsa amistad, ni por las habladurías, sino que sé sensato y mira, te lo digo: ¡no peques más! Rectifica, ve a confesarte y aprende a vivir en la Gracia de la fe. La vida es Gracia. En tiempos de crisis, la de hoy, como la que pasó Jacob, busca tú, siempre, la palabra de Dios. No sea que te arrepientas luego, porque ¡llorarás hasta llegar al Cielo! Pudiendo reír y disfrutar de la vida, no quieras llorar. Paz. P. Jesús © copyright |